La euforia se desataba este pasado fin de semana en ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla con el levantamiento del toque de queda en varias comunidades. Han sido numerosas las imágenes y vídeos subidos a las redes donde miles de personas de cualquier tipo de edad salían a la calle con el objetivo de manifestar esa libertad tan añorada.
El ejemplo se ilustra por sí mismo. Libertad no es poder salir a emborracharse a las calles sin ningún tipo de empatía cuando tu región es una de las zonas de España con la incidencia más alta por contagios en coronavirus. Aunque como en el inicio de la pandemia, parece que este "cuento del coronavirus" no va con ese espectro de la población.
Este hecho es desalentador se mire por donde se mire. Todo el esfuerzo que llevamos en más de un año de esta crisis sanitaria, no sirve para nada si se siguen repitiendo estos episodios. Parece impensable que a esta parte de la sociedad aún no le queden claras varias claves con las que seguimos viviendo actualmente. El fin del estado de alarma, no significa el fin de la pandemia.
Cierto es, que las cifras y los datos mejoran; sin embargo, el escenario puede convertirse en una situación mucho peor como las que hemos vivido anteriormente. Ante estas imágenes, solo se puede reclamar de nuevo a la cordura, al civismo y al sentido común. Solo así podremos vencer al virus lo antes posible y despertar de esta pesadilla para volver a soñar de nuevo como lo hacíamos anteriormente. Mucha salud.
Finaliza el estado de alarma y así están Madrid, Barcelona, Sevilla, Salamanca...
Incivismo e irresponsabilidad.
¿De qué vale celebrar “el fin de algo” cuando a su vez significa el comienzo de otra cosa probablemente aún peor?
Para reflexionar.#FinEstadoDeAlarma #AsíNo pic.twitter.com/674xELstAf— ES.DECIR (@esdecirdiario) May 9, 2021