miércoles. 17.04.2024

Las toallitas de papel son sustancialmente más efectivas que los secadores de aire a chorro para eliminar microbios tras lavarse las manos, según un estudio de los investigadores Ines Moura y Duncan Ewin (Universidad de Leeds) y Mark Wilcox (Leeds Teaching Hospitals NHS Trust), que se presentará en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ECCMID) .

El secado de manos es importante para minimizar la propagación de microbios peligrosos, incluido el nuevo coronavirus, ya que el hecho de no eliminarlos aumenta la transferencia a las superficies ambientales y las oportunidades de transmisión y propagación.

En este estudio, los autores investigaron si existen diferencias en la extensión de la transmisión del virus según el método de secado de manos, más allá del inodoro/baño en el entorno hospitalario. 

Cuatro voluntarios simularon la contaminación de sus manos tanto desnudas como enguantadas al usar un bacteriófago -un virus que infecta a las bacterias y, por lo tanto, es inofensivo para los humanos-.

Después no se limpiaron las manos con agua, para simular un mal lavado, y utilizaron toallas de papel o un secador de aire de chorro. Cada voluntario usó un delantal, para permitir la medición de la contaminación del cuerpo y la ropa, que se realizó en el baño público de un hospital. Al salir, se tomaron muestras de las áreas públicas y de la sala.

Analizaron superficies después del contacto con las manos, como puertas, pasamanos de escaleras, botones de ascensor, asientos en áreas públicas, teléfonos, intercomunicadores de acceso a las salas, estetoscopios, sus propios delantales y los sillones que habían estado indirectamente en contacto con estas prendas. Para este último, se pidió a los voluntarios que cruzaran sus extremidades sobre el pecho mientras usaban el mandil, antes de descansarlas sobre los brazos de la silla.

El equipo descubrió que tanto las toallitas como el secador de aire redujeron estadísticamente de manera significativa la contaminación viral de las manos. Para 10 de 11 superficies, detectaron una contaminación ambiental significativamente mayor después del uso del segundo frente a las primeras.

Todas las superficies analizadas después de la utilización del secador mostraron contaminación de fagos, en comparación con las 6 contabilizadas después del uso de toallas. 

La contaminación promedio de la superficie después del contacto con las manos fue más de 10 veces mayor después del uso del secador frente a las toallas de papel.

"Existen claras diferencias, según el método de secado de manos, en la contaminación microbiana residual de las manos y el cuerpo del sujeto. Estas se traducen en niveles significativamente mayores de contaminación por microbios después del secado por chorro de aire versus el uso de toallas de papel desde las manos y el cuerpo más allá del inodoro", explican los autores.

"Como los baños públicos son utilizados por pacientes, visitantes y personal, el método de secado de manos elegido tiene el potencial de aumentar (secadores de chorro) o reducir (toallas de papel) la transmisión de patógenos en entornos hospitalarios", ahondan.

Asimismo, destacan que sus hallazgos tienen una importancia particular, ya que ha habido una migración general del uso de toallas de papel a secadores de manos en muchos entornos y áreas del mundo. Por ello, creen que estos resultados son "relevantes" para el control del nuevo coronavirus. "Las primeras deberían ser la forma preferida después del lavado para reducir el riesgo de contaminación y propagación del virus", recalcan.

Las toallitas de papel, mucho más efectivas para eliminar el virus que el secador de manos