viernes. 29.03.2024

Un descubrimiento sobre cómo el sistema inmunitario responde a la infección de malaria podría conducir a mejores tratamientos para la hepatitis C, el VIH y el lupus, según han publicado investigadores australianos en la revista Cell Reports. El equipo de científicos ha demostrado, en modelos de laboratorio, que las fuertes señales inflamatorias causadas por la infección de malaria activan moléculas que desencadenan la producción de anticuerpos altamente potentes para combatir la enfermedad.

Las mismas señales inflamatorias se observan en infecciones de malaria humana, infecciones virales crónicas y trastornos autoinmunes. Esto sugiere que el descubrimiento podría aprovecharse para desarrollar nuevas vacunas y terapias que puedan combatir mejor infecciones como la hepatitis C y el VIH, y tratar enfermedades como el lupus.

La doctora Diana Hansen, del Instituto Walter y su equipo en Melbourne (Australia) han pasado la última década explorando cómo el sistema inmunitario del huésped responde a la infección de malaria. En el pasado, se suponía ampliamente que la capacidad del parásito para evadir la detección inmune era el factor más importante en nuestra pobre capacidad para combatir la infección de malaria.

Sin embargo, el doctora Hansen señala que eso era solo una parte de la historia. "Es bien sabido que una persona debe estar continuamente expuesta a la malaria durante muchas décadas para desarrollar inmunidad protectora, tiempo durante el cual a menudo está enfermo, así como para propagar la enfermedad -añade la doctora-. Queríamos saber qué hace que la infección de malaria sea diferente a tantas otras enfermedades, donde una sola exposición confiere inmunidad de por vida".

Los expertos en malaria, la estudiante de doctorado Ann Ly y la doctora Hansen, colaboraron con el inmunólogo Profesor Kallies y los bioinformáticos doctor Yiang Liao y profesor Asociado Wei Shi para responder esta pregunta.

Los anticuerpos son fundamentales para la capacidad del sistema inmune de desarrollar inmunidad a largo plazo contra una infección. En 2016, el equipo demostró que las moléculas inflamatorias 'sabotearon' la capacidad del cuerpo para protegerse al obstaculizar la acción de las células T auxiliares.

"En nuestro artículo anterior, mostramos que las señales inflamatorias activaban moléculas que detenían el desarrollo de células T auxiliares, lo que significa que las células B no obtuvieron las instrucciones necesarias para producir anticuerpos", añade la doctora Hansen.

"Cuando comenzamos este estudio, esperábamos ver que la inflamación también estaba teniendo un efecto negativo en las células B. De hecho, descubrimos que lo contrario era cierto -prosigue-. Las señales inflamatorias estaban mejorando la calidad de los anticuerpos producidos, al enviar células B a un campo de entrenamiento de élite, donde se sometieron a un programa exhaustivo para convertirse en 'depredadores profesionales'".

Anteriormente, no se sabía que el sistema inmune produjera anticuerpos tan potentes contra la infección de malaria. Entonces, ¿por qué la respuesta a la infección de malaria es tan pobre que requiere décadas de exposición?, se preguntaron los investigadores.

"Lo que determinamos fue que las señales inflamatorias mejoran la calidad de la respuesta de los anticuerpos al tiempo que limitan su magnitud. Por lo tanto, las células B, aunque son de calidad élite, no pueden tener tanto impacto en futuras infecciones", señala.

Así, admite que esperaba que el descubrimiento tuviera un papel más allá de la malaria. "Creo que este descubrimiento es tan emocionante debido a la oportunidad que ofrece en el tratamiento de infecciones virales crónicas y enfermedades autoinmunes", asegura.

"Hemos identificado el 'interruptor' molecular que impulsa al sistema inmunitario a producir anticuerpos altamente potentes y las señales inflamatorias que influyen en su función. Dirigirse a esta molécula, u otras moléculas en la misma vía, podría ofrecer un enfoque más de 'medicina de precisión' para tratar estas enfermedades de lo que existe actualmente", avanza.

En las infecciones crónicas, incluidas la malaria y las infecciones virales como el VIH y la hepatitis C crónica, la producción de anticuerpos potentes de muy alta calidad es fundamental para eliminar la infección. Por otro lado, las células B que se preparan para producir anticuerpos que se dirigen a los autoantígenos, las proteínas y los tejidos de nuestro cuerpo, son increíblemente destructivas y conducen a enfermedades autoinmunes como el lupus.

"La esperanza es que podamos crear vacunas o terapias que 'enciendan' moléculas que ayuden a producir estas células B alta calidad para combatir mejor las infecciones crónicas, o 'apaguen' las mismas moléculas en enfermedades autoinmunes para detener la producción de las células B, como en el lupus", concluye la doctora.

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