jueves. 28.03.2024

Redacción. Joao Stanganelli, de 64 años, padece vitígilo, una afección cutánea no contagiosa caracterizada por una falta de pigmentación en la piel, desde los 38 años, prácticamente, casi la mitad de su vida.

Él, mejor que nadie, sabe que, aunque la enfermedad es físicamente inofensiva, puede provocar estrés psicológico y estigma social, así como una mayor sensibilidad al sol. Por ello, un buen día decidió tejer muñecas de ganchillo con vitígilo para mejorar y restaurar la autoestima de niños que sufren la misma enfermedad.

Sus comienzos con el ganchillo surgieron tras un problema cardíaco que le obligó a bajar unas revoluciones a la vida. Este cambio de hábitos, en lugar de suponer un obstáculo, se lo tomó como una oportunidad para realizar algo que mantuviera su mente activa. El ganchillo se postuló como reto y terminó quedándose con Joao como pasatiempo.

Su motivación principal fue su nieta, para quien empezó a fabricar las muñecas, sin embargo, a petición de su mujer, Joao se retó a fabricar otro tipo de muñecas. Sus primeras creaciones gustaron tanto entre su círculo de amistades que los encargos comenzaron a llegar pidiendo muñecas personalizadas.

Pronto empezaron a entrar pedidos de muñecas en silla de ruedas, con implantes, con gafas, etc. Entonces, Stanganelli decidió usar las redes sociales para mostrar su trabajo y gestionar los pedidos.

Un abuelo con vitíligo busca mejorar la autoestima de los niños con esta enfermedad...