La carrera por obtener la vacuna contra el COVID-19 comienza a dar los primeros resultados. Hace cuatro días, la compañía estadounidense moderna emitía los resultados de unas pruebas realizadas a 45 voluntarios sanos. Los resultados de estas pruebas apuntaban a que estos habían respondido de manera "segura y tolerada" y generaba en 8 de los 45 voluntarios unos niveles de anticuerpos capaces de neutralizar el virus.
Hoy, la revista The Lancet ha publicado que el Instituto de Biotecnología de Pekín y la compañía Cansino Biologics, en China, han anunciado los resultados de una primera Fase I de prueba de la vacuna estudiada en el país chino. Tras realizar 28 días de ensayo con 108 voluntarios sanos, los resultados han demostrado la generación de anticuerpos y linfocitos T en los voluntarios.
Estos linfocitos T se producen en la médula ósea y constituyen una parte importante del sistema inmunitario adaptativo. Además, son los responsables de la inmunidad celular destruyendo células infectadas o activando macrófagos (células del sistema inmunitario que se encuentran en los tejidos).
La primera fase de prueba de estas vacunas tiene como objetivo demostrar que las vacunas son seguras y la tolerancia de los pacientes es positiva. Aun así, todavía no está asegurado que estas dos vacunas vayan a proteger completamente el sistema inmunitario frente al COVID-19. La líder del proyecto, Wei Chen, ha advertido al diario El País de que “aún queda mucho camino para que esta vacuna esté disponible para todo el mundo”.
La segunda fase de la vacuna china consistría en realizar ensayos con unos 500 pacientes para conocer la dosis más adecuada para que esa respuesta inmune proteja contra la infección por SARS-CoV-2. Por otro lado, Moderna quiere comenzar con la fase III para conocer si la vacuna es eficaz ante un empleo masivo este mismo verano.
