sábado. 20.04.2024

Una organización de rescate de perros de Middle Tennessee ha visto obligada a cambiar de ubicación sus oficinas después de que una voluntaria fuera casi una víctima de secuestro.

Big Fluffy Dog Rescue es un refugio para animales sin fines de lucro fundado en 2006 ubicado en un complejo industrial en La Vergne, Tennessee. Allí se dedican a ayudar a las mascotas y dependen en gran medida de voluntarios en todo Estados Unidos, muchos de ellos son jóvenes de 20 años que ayudan a pasear y cuidar a los perros.

Durante cuatro años, el refugio no ha tenido ningún problema, pero la situación, según la fundadora Jean Harrison, ha cambiado durante el último año, “Por alguna razón durante el año pasado nuestras voluntarias han sido objeto de acoso”, comenta el empresario, “Los problemas han sido de naturaleza sexual y todo dirigido a mujeres”.

El pasado jueves, las cosas empeoraron a otro nivel. Harrison explicó que una de las empleadas paseaba a Jepson, un perro pirineo, a las 9:30 de la mañana cuando se inclinó para acariciar al cachorro. "El perro comenzó a volverse loco", dice Harrison. "Cuando la voluntaria se dio la vuelta, fue como si el tipo hubiera cobrado vida".

Fue cuando una furgoneta blanca se detuvo y dos hombres salieron para dirigirse a la joven, la cual tuvo que detener y sujetar al perro que se lanzaba a los hombres. La protección de Jepson fue suficiente para que los desconocidos volvieran a la furgoneta.

La fundadora quiso compartir este momento en redes sociales, explicando toda la situación y aplaudiendo el comportamiento del pequeño perro, “si la joven no hubiera estado paseando con el perro que mantuvo a raya a estos hombres que definitivamente eran una amenaza, podríamos haber sido noticia”, comenta en un post de Facebook.

"Si no podemos pasear perros sin que la gente intente arrebatarlos, entonces hemos terminado", comenta Harrison, la cual está recaudando fondos para una nueva ubicación debido a la pandemia de Covid 19, pero el último incidente la ha empujado a la junta directiva a buscar una solución.

"Quien esté haciendo esto sabe que tenemos muchas chicas jóvenes y nos están atacando", apunta la directora. "Es demasiado consistente y saben cuándo los estamos caminando. He tenido que finalizar que los voluntarios salgan de las instalaciones para caminar".

Harrison dice que se presentó un informe ante la policía y que están saturando las patrullas, aunque sabe que no es una solución a largo plazo. "La seguridad de nuestra gente tiene que ser primordial. He estado ocupada preocupándome por mantener a los niños a salvo del Covid, lo cual ha sido un desafío. No pensé que alguna vez estaría en la posición de tener que preocuparme por la seguridad básica de los niños que trabajan para nosotros ", lamenta.

La organización se encuentra actualmente buscando una propiedad de unos 2.000 metros cuadrados para albergar a todos los perritos cerca del área de Nashville. Teniendo en cuenta los pequeños presupuestos típicos de una organización sin fines de lucro, Harrison comenta que lo alquilará por unos 3.000 euros. Mientras tanto, están agregando medidas de seguridad y ha lanzado una cuenta de PayPal para cualquiera que desee donar.

Un perro de un refugio consigue evitar que una voluntaria sea víctima de un secuestro