jueves. 18.04.2024

Olatz, periodista y fotografa sufre cáncer. Una forma de aceptar su situación es compartir fotos de su cuerpo, desmejorado en redes sociales. Se trata de una iniciativa qu esa tenido mucho apoyo pero que tambien ha producido rechazo entre la comunidad de las redes sociales, especialmente la de twitter, ya que es ahí dónde comparte la mayor parte de su contenido. 

Cuando se enteró de que tenía cáncer, cuenta, ya estaba cansada pues le habían diagnosticado varias veces, y mal. Finalmente, cuando le dieron la noticia, lo hicieron dibujándole un estómago y explicándole que habían encontrado úlceras tumorizadas, y que todo apuntaba a que eran malignas. El diagnostico era el peor. A parte de ahí todo cambió para ella. 

Algo que le impactó mucho según dice fue su cambio físico. El hecho de cortarse la melena le hizo replantearse el cómo había cambiado tanto en a penas 6 meses. 

"Yo pensaba en la Olatz de hace seis meses y me decía '¿cómo he cambiado tanto? Qué horror', no me reconocía".

Olatz cuenta como tras seis ciclos de quimioterapia le da miedo desprenderse del tratamiento, ya que es consciente de que su enfermedad está muy avanzada. "No te lo voy a negar: vivir con quimioterapia es una puta mierda, pero ella es la que ha hecho que yo siga viva y mi enfermedad esté controlada ahora mismo". 

Con la fotografía, dice, ha encontrado una terapia. "Esta es la disciplina fotográfica que más me gusta y en la que me siento más cómoda, me sirve para aceptar mi cuerpo las veces que no me veo bien, aceptar alguna vivencia dura… Yo lloro fotografías, es mi manera de expresarme y de volcar todo lo negativo para luego afrontar mi día a día de forma positiva". 

Ella es consciente de que su público describe las fotos que hace como duras, pero ella no se achanta por esto. de hecho, dice que "no me quiero tapar ni quiero ocultar mi enfermedad porque es una realidad, porque me ha tocado vivirla". 

A la hora de publicarlas, cuenta como estaba insegura por el hecho de despertar distintas reacciones. "Tenía miedo de cómo se iba a interpretar ya que no soy ejemplo de nada, tampoco de cómo afrontar una enfermedad grave. No quiero que me tomen como referente porque cada uno lo vive de una manera diferente: hay personas que se pasan todo el tratamiento en la cama llorando, pensando por qué les ha tocado a ellas, y también lo están haciendo bien ya que es su manera de llevarlo". 

"He recibido mensajes muy positivos", dice. "Pero otros me han dicho que no les gusta cómo documento la enfermedad o cómo hablo de ella, que no hago nada bueno por visibilizarla y que solo transmito la parte negativa... también usando el blanco y negro en vez del color."

Al hablar del activismo positivista que hacen otros enfermos de cáncer en redes sociales ella cuenta lo siguiente: "El cáncer es una mierda. Lo siento, pero es que es así y no le veo nada positivo, o al menos muy pocas cosas: valoro más la vida y las cosas que tengo, y eso me enriquece como persona, pero ya está. Lo demás es una mierda y tanto yo, como mi madre, mi pareja y todos daríamos lo que fuera por que no estuviera enferma".

Yo creo que la gente, en las redes sociales, busca ser referente en positividad, pero una persona que se enfrenta a una enfermedad grave no representa eso para mí.

Por otra parte, también se ha expuesto a comentarios peyorativos y de burla. Ejemplos de esto son mensajes en los que se dice "que se coma un par de planazos de potaje". " Hay gente que se esconde tras una pantalla y se cree en la posición de decir lo que le da la gana porque se sienten fuertes en el anonimato. Te dicen barbaridades que no te dirían a la cara, porque yo voy con el mismo cuerpo por la calle y ahí a mí no me ha dicho nada nadie". dice. 

A pesar de eso, afirma que ella se queda con los mensajes buenos; con todo el cariño que se la ha demostrado y todo el apoyo. 

Dirigiendose al público y al lector, dice que su recomendación ante el cáncer es seguir vieviendo una vida lo más normal posible. No dejar que la enfermedad sea la protegnosita del día a día. 

Evidentemente había que hablar del covid y de como le ha afectado a ella.  "La covid-19 me afectó desde el primer momento con el retraso de las pruebas. En una enfermedad como el cáncer, el tiempo es oro y no sé cuál habría sido la diferencia si me lo hubiesen diagnosticado al principio, pero estoy segura que hubiese sido mejor". "No se deben olvidar el resto de patologías, hay gente que está muriéndose detrás de un teléfono, intentando ver a su médico de cabecera durante meses, como Lidia, una chica de Burgos que acabó falleciendo. Entonces, con la visibilidad que tengo, si puedo ayudar, siempre lo voy a intentar, por ejemplo, interpelando al ministro de Sanidad, Salvador Illa, como he hecho en Twitter".

La historia de Olatz contará con un nuevo capítulo a partir de este mismo fin de semana, en el que va a Barcelona a que le den los resultados de TAC. No se atreve a predecir que pasará. Su cuero, según cuenta no aguantaría muchas más sesiones de quimioterapia, pero pase lo que pase, seguirá queriendole pues es su cuerpo, desmejorado o no, y es quien ha luchado junto a ella. 

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