jueves. 28.03.2024

Mari Paz es la historia de una superación. A los cuatro años, cuando veraneaba con sus padres, Pedro y Mari, en Jarandilla de la Vera (Cáceres) se subió a una barandilla y cayó por el hueco de unas escaleras. La mala suerte quiso que la caída le afectara en la cabeza. El golpe le produjo un traumatismo craneoencefálico con diferentes secuelas, entre ellas, una limitación de su campo visual.

Incluso así, con un reconocimiento del 53% de discapacidad, Mari Paz se diplomó en Terapia Ocupacional y en Fisioterapia sin repetir ningún curso y en 2011 fundó Fisioasistencia, su primer negocio, que en la actualidad cuenta con más de 4.000 pacientes. Tras esta experiencia, en 2014 creó Neurofit, proyecto en el cual se encuentra trabajando actualmente y que ya ayuda a más de 200 pacientes que, como ella hizo en su día, luchan por ser independientes y superar malos tragos como sufrir un ictus. Por el momento ya ha abierto uno de sus gimnasios de la Nasa en Badajoz y ahora otro en Madrid.  La gamificación, la eliminación de barreras y la progresividad son las bases de esta moderna rehabilitación.

Su nuevo proyecto se puede resumir en un titular impactante. Estamos ante gimnasios adaptados con tecnología de la NASA en colaboración con los expertos de biomecánica de la Universidad de Extremadura. Porque parte de la tecnología que se utiliza en las instalaciones la emplea la NASA para alguno de sus proyectos.

Para lograrlo cuenta con un equipo de 5 fisioterapeutas y con el consejo de los mejores. De hecho, la universidad de Extremadura ha puesto también en marcha de la mano del profesor José María Ramírez Moreno, del Departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Extremadura, una aplicación que permite detectar los principales síntomas del ictus. Esta app se conoce como Extremictus. Tiene como objetivo  conocer mejor esta patología y sus signos de alarma para saber identificarla y permitir la activación del código ictus lo antes posible. La idea es minimizar los riesgos y consecuencias del infarto cerebral.

Mari Paz sabe en primera persona lo que es dar pasos y sufrir decepciones.Por eso en su gimnasio hacen que los brazos del paciente no sientan la gravedad, algo vital para los hemipléjicos. Lo hace gracias a un guante con gomas elásticas y sensores diseñado especialmente para el gimnasio. De hecho, aún recuerda la emoción que le produjo jugar un partido de bádmiton con un paciente con un brazo amputado y otro afectado por el ictus.

Mari Paz sufrió daños neurológicos a los 4 años, ahora ha decidido montar un 'gimnasio...