viernes. 29.03.2024

Este martes, salvo que haya un giro inesperado, se pondrá punto final al caso Julen, el niño de dos años que murió tras caer a un pozo de más de 70 metros de profundidad en Totalán (Málaga). Y el desenlace llega antes de lo esperado.

La defensa de David Serrano, dueño de la parcela donde se produjo el accidente y único acusado de homicidio imprudente grave por la muerte del niño, ha rubricado este lunes por la mañana un acuerdo con la abogada de Vicky y José (los padres de Julen). En él Serrano acepta una condena de entre seis meses y un año de prisión así como el pago de una indemnización a los progenitores que puede alcanzar los 180.000 €.

Este pacto llega in extremis, a menos de 24 horas de que arranque el juicio, que en principio iba a desarrollarse en unas seis sesiones. La Fiscalía se ha reunido esta mañana con las partes para conocer el contenido del acuerdo en la Ciudad de la Justicia: le dio el visto bueno. Mañana se lo presentarán a la magistrada del Juzgado de lo Penal número 9 de Málaga. Ella es quien tiene la última palabra; si le da su aprobación, se dará por terminado el proceso y tanto los padres como Serrano se ahorrarán tener que revivir de nuevo lo que ocurrió aquel 13 de enero del año pasado en lo alto del Dolmen del Cerro de la Corona.

El convenio que han alcanzado ambas partes rebaja la pena para el acusado al mínimo que permite la ley. Además, como Serrano no tiene antecedentes penales, se podría librar del año de prisión que ha aceptado. Respecto a la indemnización, el acusado ya ha abonado 25.000 euros a los padres. En cuanto al resto del dinero, este irá ingresándoles 50 euros al mes hasta que mejore su situación económica, pues se encuentra en desempleo.

Según adelantó el diario Sur, la toma de contacto entre las defensas de ambas partes comenzó en octubre del año pasado. El trato era simple: la pena detallada anteriormente (un año de cárcel y la indemnización) a cambio de que Serrano reconociese los hechos y pidiese perdón.

Parece que, en efecto, este ha pedido disculpas a José y Vicky y mañana reconocerá ante la justicia su responsabilidad en la muerte del pequeño. Conviene recordar que el dueño de la finca comparte lazos familiares con los progenitores de Julen, pues es la pareja de la prima de José.

Los días posteriores a la caída de Julen al pozo, cuando las máquinas y los mineros aún luchaban por sacar el cuerpo del niño de la montaña de Totalán, la familia se mostraba muy unida, y era frecuente ver a José y Vicky arropados por Serrano.

Todo se fue torciendo poco a poco, cuando, tras los 13 días de operativo, arrancó la fase de instrucción y el caso se trasladó del pueblo a los juzgados. Las primeras citas en los tribunales también emanaban unidad, con Serrano incluso ‘protegiendo’ a los padres de la ingente cantidad de medios de comunicación que se agolpaban a las puertas del juzgado.

Pero no tardaron en llegar las discrepancias en el relato de los hechos: mientras David Serrano garantizaba que avisó de la presencia de la prospección ilegal a Vicky y José, estos afirmaban con rotundidad que no era cierto.

El informe de la piqueta tampoco ayudó mucho a apaciguar el ambiente. En él, los letrados de Serrano insinuaban que el niño no murió por culpa de la descomunal caída de más de 70 metros de altura, sino por los impactos de una piqueta empleada por el operativo durante las primeras horas del rescate.

A partir de ahí, la relación se enfrió hasta el punto de que no se dirigían la palabra. Lo que José y Vicky echaban de menos, según contó por aquel entonces su abogada, Antonia Barba, a este periódico, era el arrepentimiento de Serrano.

Pero el perdón llegó a tiempo y, con él, el acuerdo que se ha dado a conocer. Los padres pasaron de pedir tres años y medio de cárcel para el acusado a tan solo uno, a sabiendas de que, como este no tiene antecedentes, es muy probable que se libre de la condena.

Si finalmente la jueza no ve inconvenientes en el acuerdo y lo ratifica, concluirá un impetuoso año para José y Vicky, que esperan un hijo, y para David Serrano, que, según sus palabras, ha sufrido mucho psicológicamente por la muerte del niño.

Los padres de Julen y el dueño de la finca llegan a un acuerdo para evitar el juicio