jueves. 28.03.2024

En el primer borrador del anteproyecto de ley que regulará el teletrabajo recogía que las empresas tendrían que hacerse cargo de los costes directos e indirectos que supondría al trabajador. Ahora con la nueva actualización de este anteproyecto de ley, determina que las empresas no tendrán que asumir todos los gastos del trabajo a distancia. La eliminación de gastos indirectos se deja en manos de los convenios y sus compensaciones. 

El borrador actual, fechado el 28 de julio, recoge que el trabajador sigue teniendo derecho a una compensación de los gastos, pero no a su totalidad. Concretamente, el artículo que lo regula pasa de titularse "El derecho a la compensación total de gastos" a "El derecho a la compensación de gastos". Donde antes decía que el desarrollo del teletrabajo sería "sufragado en su totalidad por la empresa" y no podría suponer "en ningún caso" la asunción por parte del trabajador de gastos "directos o indirectos" relacionados con equipos, herramientas y medios, ahora simplemente dice que el desarrollo del trabajo deberán ser "sufragado o compensado por la empresa". El trabajador no asumirá costes relacionados con equipos, herramientas y medios, pero el texto deja la puerta abierta a que se pague gastos como el gas, internet o la electricidad.​

La cuestión está en la redacción del segundo punto, explica Josep Pérez, abogado laboralista del Colectivo Ronda. "El primer redactado dice que el convenio colectivo debe garantizar la completa compensación de los gastos". "El segundo redactado permite al convenio hacer lo que quiera. Delega a la negociación colectiva cómo se compensan los gastos. Y ahí cabe todo. Si el convenio dice que te van a dar cincuenta euros por teletrabajo y que eso incluye todo —wifi, gas, electricidad, papel, etc.—, la ley se lo permitirá".

Según interpreta Pérez, la antigua redacción permitía que, por ejemplo, el trabajador incluyera en los gastos conceptos como el alquiler. "Si tengo que teletrabajar, necesito un piso más grande para montar un despacho. Si el metro cuadrado vale tanto, que la empresa lo pague", indica. "La empresa tiene un ahorro ingente de estructura que soportan los trabajadores. En el segundo redactado, todo eso es superfluo porque queda en manos del convenio". En cualquier caso, el teletrabajo sigue siendo voluntario en esta última redacción. 

La CEOE -Confederación Española de Organizaciones Empresariales- calificó en un primer momento el primer borrador como un "texto desequilibrado", "de enfoque errático", "apartado de la realidad del tejido productivo" y que "podría desincentivar" la implantación del teletrabajo en España, se muestra ahora contenta con los cambios. "La última versión del texto supone una mejora sobre la anterior, ya que recoge planteamientos trasladados desde el ámbito empresarial a la Secretaría de Estado de Empleo", señalan fuentes de la patronal. Aun así, apuntan que todavía hay "elementos de mejora".

Otro de los cambios más relevantes, en el que empresarios y sindicatos están de acuerdo, es la eliminación del artículo que recogía "el derecho al trabajo a distancia ocasional por fuerza mayor familiar". El texto decía que "en caso de enfermedad o accidente de un familiar de hasta segundo grado" que hiciera "indispensable" la presencia del trabajador, este tendría derecho a teletrabajar durante un máximo del 60% de su jornada. El artículo dejaba en manos de la negociación colectiva los mecanismos para no perpetuar roles y para "fomentar la corresponsabilidad entre mujeres y hombres". En otras palabras, para evitar que el teletrabajo asociado a cuidados recayera siempre sobre la mujer.

"Todos estábamos de acuerdo en que ese artículo debía desaparecer", continúa Antoñanzas. "A nosotras nos parecía que era decir que teletrabajo es igual a mujer. Los empresarios también expresaron reticencias".

El Ministerio también ha eliminado el artículo siguiente, que establecía la preferencia del teletrabajo sobre la suspensión y reducción de jornada en caso de "fuerza mayor empresarial". Por ejemplo, en una pandemia como la actual. En la propuesta inicial, las empresas quedaban obligadas a implantar el teletrabajo siempre que fuera posible y antes de recurrir a un ERTE total o parcial. En el actual borrador, este deber desaparece.

El primer borrador reconocía el derecho de los trabajadores al horario flexible y les permitía alterar su horario, siempre que cumplieran el tiempo de trabajo y los momentos de "disponibilidad obligatoria". El borrador actual reconoce este derecho "en los términos del acuerdo" y la negociación colectiva. El "acuerdo" es el que firman empresa y trabajador antes de empezar a teletrabajar. Es decir, solo será posible hacer horario flexible cuando se pacte con la empresa, y no por defecto.

Tras la reunión de finales de julio, Trabajo quedó en enviar un nuevo texto y convocar el siguiente encuentro en septiembre. Desde UGT se muestran optimistas con el desarrollo del anteproyecto y ponen en el foco en asuntos como la ciberseguridad (poco desarrollada en el último borrador) y la aplicación sobre el personal laboral de la administración (tal y como está redactada ahora, la ley no aplicaría sobre ellos).

La Ley del Teletrabajo no obligará al empresario a asumir todos los gastos derivados de...