martes. 23.04.2024

Cerca del 40% de los afectados por la enfermedad de Huntington -una patología neurodegenerativa de origen genético- muestra síntomas depresivos, incluso en fases previas a la aparición de la sintomatología motora característica de este trastorno.

Una función alterada de la quinasa Cdk5 -una enzima esencial en varias vías de señalización celular- podría explicar la fisiopatología del comportamiento depresivo en la enfermedad de Huntington, según un nuevo trabajo preclínico en el que participan los expertos Sílvia Ginés, Verónica Brito, Albert Giralt y Jordi Alberch, de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud y del Instituto de Neurociencias de la UB (UBNeuro).

Publicado en la revista 'Biological Psychiatry', el estudio abre nuevas vías al diseño de futuras estrategias farmacológicas, basadas en la modulación de vías moleculares específicas, para abordar la depresión en los afectados por la enfermedad de Huntington.

La investigación, liderada por la profesora Silvia Ginés, se centra en la función de la quinasa Cdk5, una enzima esencial en la función neuronal. En concreto, esta quinasa es importante para la expresión, la distribución y la localización de la familia de receptores NMDA -fundamentales en la fisiología del sistema nervioso- y para la modulación de la plasticidad sináptica y los procesos de aprendizaje y memoria.

Según trabajos previos del equipo investigador, en el caso de la enfermedad de Huntington la quinasa Cdk5 tiene una implicación compleja en la aparición de los déficits cognitivos, ya que es capaz de alterar la expresión y la funcionalidad de los receptores NMDA. Si bien el papel de Cdk5 en la cognición está ya bastante establecido, poco se sabe acerca de su posible participación en el trastorno depresivo.

"Por ello, nos planteamos si alteraciones de la quinasa Cdk5 también podían ser las responsables principales de los fenotipos depresivos en la tipología de Huntington", detalla la profesora Ginés, que forma parte del Grupo de Investigación de Fisiopatología y Tratamiento de las Enfermedades Neurodegenerativas (Ubidibaps).

Los resultados de este trabajo han demostrado que, en modelos murinos de la enfermedad, Cdk5 presenta una mayor actividad en dos regiones cerebrales que se relacionan con procesos de ansiedad y depresión: el núcleo accumbens y la corteza prefrontal. "Ahora bien, el siguiente paso que debíamos dar era averiguar cómo esta alteración en Cdk5 podía influir en esos procesos depresivos", detalla Silvia Ginés, también miembro del Idibaps y el Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Neurodegenerativas (Ciberned).

En este contexto, los expertos querían evaluar si una disminución de la función de la quinasa Cdk5 podía tener beneficios terapéuticos en el tratamiento de la depresión en el caso de la enfermedad de Huntington. En los modelos murinos, el fenotipo depresivo se manifiesta previamente a la aparición de los síntomas motores o cognitivos más típicos, es decir, mucho antes de la degeneración neuronal.

Hallan una explicación al trastorno depresivo en enfermedad de Huntington