martes. 16.04.2024

El uso de las mascarillas está cada vez más extendido en España y el resto del mundo. Su uso se plantea como algo indispensable para practicar las tareas diarias habituales fuera del hogar. Sin embargo, hay muchos modelos diferentes y la confusión entre la población es grande.

La mejor mascarilla es guardar la distancia de seguridad de dos metros. Pero naturalmente, no siempre se puede guardar y más en determinados puestos de trabajo o el transporte público, por lo que la mascarilla cobra una importancia relevante. La que más sofisticada aparenta ser, la mascarilla con válvula, son una variante de los modelos FFP2 y FFP3, y solo protegen a quienes las llevan, no a los demás, ya que precisamente la válvula facilita la salida de la respiración sin ningún tipo de filtro.

 

Así lo afirma la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), en una nota de prensa.

Además, recomienda al conjunto de la población usar mascarillas quirúrgicas o higiénicas, ya que con ellas se evita el riesgo de contagiar a los demás, previniendo así el contagio desde personas infectadas sin síntomas aparentes. 

Las mascarillas FFP2 y FFP3 sin válvula sirven para protegerse a uno mismo, pero también a los demás, ya que filtran tanto la entrada como la salida del aire. Es cierto que también son las más caras y, hoy por hoy, no siempre fáciles de encontrar. Sin embargo, son muy recomendables y más para las personas con patologías crónicas, inmunodeprimidos y quienes cuidan en casa a personas contagiadas.

Expertos de la OCU desaconsejan el empleo de mascarillas con válvula