viernes. 19.04.2024

La irrupción de la covid-19 ha provocado un cambio de hábitos entre las personas para tratar de mantener una forma de vida similar a la anterior de la pandemia.

Así, los españoles han cambiado el turismo de sol y playa por el rural, lo que puede suponer una crisis para el primer subsector compleja de resolver, mientras que la segunda opción vive un auge casi sin precedentes, ya que muchos hoteles o casas rurales de estas zonas rozan el 100% de ocupación. 

Esta nueva coyuntura ha sido celebrada por el presidente de la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria, Ángel Cuevas, que se ha mostrado sorprendido por el incremento de afluencia a estos espacios rurales que se encuentran mayoritariamente en el norte de España, ya que, según ha declarado a La Vanguardia, "el nivel de reservas rozaba el 90% respecto al año anterior" a pesar del impacto de la pandemia. En Asturias y la zona del Pirineo catalán las cifras no son tan positivas como en Cantabria pero sí se ha notado un incremento de la actividad y reservas en sus locales.

La otra cara de la moneda es Mallorca, uno de los destinos turísticos que hasta el momento gozaba de grandes cifras de ocupación, han visto cómo se han reducido drásticamente. La ocupación media en julio se situó en el 37%, cinco puntos por debajo de la previsión inicial de la Federación Empresarial Hotelera de la isla. En la costa brava, las cifras oscilan entre el 20 % y el 60 % de ocupación.

Una de las principales causas de este cambio de tendencia es la huída de los turistas de lugares masificados donde la transmisión de la covid-19 puede ser mayor, a espacios más abiertos. 

Los turistas prefieren este año el turismo rural y de montaña al turismo de sol y playa