viernes. 29.03.2024

La solidaridad se personifica cuando hablamos de José Luis Martínez, un cordobés que decidió dar un paso al frente y ayudar a los refugiados ucranianos de la manera más directa posible: viajando al lugar de los hechos, llevando provisiones y recogiendo a una familia ucraniana para que se reuniera con un familiar en su ciudad, Córdoba. Ayer, día 16 de Marzo de 2022  a las ocho y cuarto de la tarde a la ciudad.

Son muchas las personas que con sus propios vehículos han iniciado un largo camino hacia la frontera de Polonia con Ucrania, pero en este caso os hablamos de José Luis Martínez, un local de Espiez que ha conseguido salvar vidas ucranianas con su valiente ación. 

Después de llegar a Varsovia y recoger a los refugiados, José Luis Martínez inició el camino de vuelta a casa. Ya encontrándose en casa agotado nos cuenta que, el viaje que realizó fue de aproximadamente 1.400 kilómetros sin parar. Esto fue así debido a que la familia, tal y como nos relata, no quería parar ni si quiera para ir al servicio debido a las ganas que tenían de llegar. Tan sólo paraban para repostar, y una sola vez para ir al servicio por obligación del conductor. José Luis ni si quiera comió, no pudo por la desesperación de la familia de pisar tierra cordobesa cuanto antes. Las mujeres y el niño por otro lado tan solo consumieron frutas que llevaban consigo.

Cuenta que tuvieron un viaje bastante bueno, relativamente. El pequeño que se encontraba enfermo ya estaba recuperado del todo, aunque su semblante seguía siendo serio: "Él no entiende qué es la guerra pero sí entiende que esta fuera de su casa, que algo pasa".

A última hora pudo saber que Tania, una de los integrantes de la familia que viajaba con él, tiene un hermano. Pero este se ha quedado en Járkov, en la guerra. Hoy era un día triste para la familia, recorriendo kilómetros mientras veían las noticias y sabían de más bombardeos a su país.

Cuando llegaron les esperaban "sus compatriotas y un familiar", luego, fueron a la Asociación de Ucranianos de Córdoba y les entregaron más ropa, calzado cedido, abrigos. Todos pudieron cambiarse de ropa. El niño fue quien más regalos recibió, estando entre ellos una considerable cantidad de juguetes.

José Luis Martínez nos cuenta que "mereció la pena todo" y que "llegar a Córdoba fue algo bonito". La despedida la describe como rara, agridulce y emocionante. Ahora que ha realizado su labor, solo le queda desearles que tengan una buena vida porque, según sus palabras, "Se lo merecen porque son una familia muy agradecida". 

Seguirá en contacto con ellos, sobre todo con el pequeño que "le enamoró". Esta mañana les ha escrito un mensaje para ver cómo se encontraban, y todos estaban muy agradecidos, pero él más que ninguno. Se queda con el noventa por ciento de las cosas vividas, y como él dice: 'he contado muchas cosas, pero algunas cosas si no se viven no se saben".

A partir de hoy comenzará a revisar y a intentar responder a todas aquellas personas que le han preguntado acerca de cómo pueden llegar a la frontera, cómo pueden ayudar al igual que él ha ayudado. Para que la palabra solidaridad, se personifique todos los días y cada vez más. 

José Luis Martínez y la familia ucraniana llegan a Córdoba tras 6.550 km