miércoles. 24.04.2024

Jorge, voluntario español, no dudó en viajar con su caravana y hacer miles de kilómetros para rescatar a dos familias y llevarlas a Valencia. "Los ves con caras de perdidos", explica. Llegan exhaustos a Polonia, con la sensación y la certeza de que les han arrebatado sus vidas.

Lo más urgente es alejar de la guerra a los niños, agarrados casi siempre a las manos de sus madres, sin atreverse a soltarlas. Mientras, los adultos se esfuerzan en mostrar fortaleza. "No quiero que vean nuestras lágrimas, que nosotros seamos fuertes para ellos y que tengan confianza en nosotros", afirma Katia, una de las madres, sin poder reprimirlas.

Katia viajará hasta Alicante en uno de los autobuses de la ONG Juntos por la vida, en la que colabora Claudia Jordán, portavoz de la fundación. Destaca que "no hay padres, solo hay mujeres. Eso me está llamando mucho la atención porque tiene que estar siendo super duro para ellos."

No obstante, en Ucrania, el gran éxodo se encuentra en la estación de Leópolis. Allí, miles de personas desesperadas por salir del país están a solamente 100 kilómetros de la frontera con Polonia.

Jorge, el voluntario que no dudó en coger su caravana para salvar a 2 familias de Ucrania