martes. 18.02.2025

Nueva Zelanda disfruta de la compañía de 72.000 emigrantes filipinos, muchos de los cuales son mujeres que llegan para paliar la escasez de docentes en el país.

Este flujo de educadoras con talento en busca de una vida mejor en el sur ha llevado a un par de mujeres a crear un floreciente grupo de apoyo para ayudar a navegar por el sistema de inmigración, obtener el reconocimiento de las cualificaciones docentes en Nueva Zelanda y encontrar empleo.

«¿Hay alguna forma de agilizar mi registro como docente aparte de enviar un correo electrónico al consejo de enseñanza?», pregunta una futura profesora.

«¿Hay alguien aquí que haya sido evaluado en NZQA y luego haya sido dirigido a WES para su verificación?», pregunta otro.

Puede parecer un nicho demasiado específico, pero el grupo de Facebook Pioneering Pinoy Teachers in NZ tiene 23.000 miembros. El grupo fue fundado por Vilma Leonidas, una profesora que trabaja en Auckland desde hace dos años y que contó a Good News Pilipinas que, entre dominar el inglés, presentarse a la evaluación docente y obtener el certificado de enseñanza, muchos profesores inmigrantes tiran la toalla.

Leonidas y otra profesora, Penny Cajipe, que también dirige un grupo de Facebook llamado Filipino Teachers in NZ Support Page (Página de apoyo a los profesores filipinos en Nueva Zelanda), afirman que el proceso es difícil y que recibir instrucciones claras de alguien que ha pasado por él en su lengua materna es muy beneficioso.

En su país de origen, Leonidas tiene un doctorado en filosofía, que imaginaba que sería suficiente para garantizarle al menos un simple puesto de profesora, pero ni siquiera eso fue sencillo.

Tras luchar por encontrar trabajo durante la pandemia, en la que NZ instituyó algunos de los encierros más estrictos de la Tierra, Leonidas obtuvo un certificado de maestra y más tarde una beca en un programa de formación para educadores. Enseña séptimo curso como sustituta.

Fue ese largo proceso el que le hizo pensar que debía compartir todo lo que había aprendido pasando por él, aunque sólo fuera porque podría ayudar a otros a establecerse en un nuevo país con menos dificultades que las que ella tuvo que soportar. Lo mismo sintió Cajipe, que recorrió un camino similar.

«¿Y si otros profesores de Filipinas también aspiran a cumplir ese sueño de enseñar aquí, y buscan un futuro mejor para su familia? ¿Y si también son como yo y no saben qué hacer? Así fue como empecé a crear la página", explicó Cajipe a Summer Sanares, periodista de Good News Pilipinas.

«Lo que tengas, compártelo», dijo Leonidas. «No todo es cuestión de dinero. Cuando necesites ayudar, ayuda sin pedir ni esperar nada a cambio, porque Dios ve nuestro corazón. Y ése es el legado que tenemos que dejar, especialmente entre los profesores.»

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor DeepL.com

Cómo 2 filipinas ayudaron a miles de profesores inmigrantes en Nueva Zelanda