La vacuna del coronavirus llevada a cabo por Novavax demostró en la tercera fase de pruebas clínicas una eficacia de un 89,3%. El proceso, que se llevó a cabo sometiendo a 15.000 voluntarios de Reino Unido a las dos dosis que forman en tratamiento tuvo el resultado deseado.
Sin embargo, aunque los resultados disminuían levemente frente a sus grandes competidores, Pfizer y Moderna, el principal problema es que Novavax no contemplaba las variantes que la cepa del COVID-19 podría sufrir.
En los ensayos realizados en Sudáfrica, la eficacia del tratamiento se ha visto reducida a un 50%. De los 4.400 voluntarios que se sometieron a la vacuna, la mitad se contagiaron por la nueva variante del virus, aun habiendo sufrido previamente el coronavirus.
El consejero delegado de Novavax, Stanley Erck, ha anunciado que a lo largo de las próximas semanas se llevarán a cabo aumentos de las pruebas clínicas en el país africano para poder crear una versión de la vacuna específica para esa cepa.
