El trasplante simultáneo de corazón e hígado que recibió Toni en el hospital Gregorio Marañón -Madrid- es una historia de éxito. Los dos órganos de un mismo donante, le ofrecieron un trasplante simultáneo o cuatro meses de vida.
Toni, de 56 años, solo sabe que su donante era joven, en la veintena, y su hígado le ha permitido dejar atrás encefalopatías hepáticas recurrentes, que disminuían significativamente su calidad de vida.
Toni viaja de Ciudad Real a Madrid cada 15 días para someterse a revisiones que el próximo año serán más espaciadas, tres o seis meses, y se convertirán en anuales en poco tiempo. En Madrid se aloja en un piso que financia la Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos -FNETH-.
La psicóloga Rosa Gómez, que presta apoyo a los alojados en el piso de la FNETH, admite que la gente no conoce la existencia de estos alojamientos por lo que es importante su difusión: "Hay gente que ha estado durmiendo en la sala del hospital o en el coche porque desconoce que las federaciones disponen, en muchos casos, de servicios de alojamientos transitorios para trasplantados, pacientes en revisión o que están recibiendo tratamiento".
Sin embargo, este tipo de viviendas no existe en los aledaños de los hospitales del sur de la ciudad. La FNETH tiene en la actualidad pisos para trasplantados en Madrid, Valencia, Córdoba, Sevilla y Granada.
Toni enfatiza el gran apoyo que supone el acogimiento en pisos de la Federación y recuerda que en Ciudad Real "ni siquiera hay cirujano" y en los hospitales de Castilla La Mancha no se realizan trasplantes.
La operación duró 12 horas e implicó a 30 profesionales sanitarios. Fue un hito en la historia del trasplante de España, pero el viaje para Toni comenzó mucho antes, en el mes de junio cuando le comunicaron que su trasplante de hígado no era viable porque el corazón no aguantaría y solo había una posibilidad: Trasplantar los dos órganos.
Toni cuenta que le preguntan si tuvo miedo y asegura que no, que es versátil para asimilar las cosas, que tiene la cabeza bien amueblada y como sabía que era la única posibilidad de sobrevivir se agarró a eso.
Toni recuerda que sus problemas de hígado tienen un origen genético, su padre murió de cirrosis porque "entonces no se hacían trasplantes".
Su hígado no funcionaba y arrastró a su corazón "que se hizo un churro, las venas empezaban a doblarse".
Solo puede animar a que la gente done porque la donación es vida: "Cuando somos jóvenes, nos creemos dioses y pensamos que un trasplante es algo ajeno pero al final te puede tocar a ti".