miércoles. 24.04.2024

La viruela del mono ya ha sido declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como emergencia sanitaria internacional. Desde este organismo, llevan días advirtiendo de la reducción que debe haber entre las relaciones entre hombres al ser esta, una presunta práctica de contagio. El colectivo LGTBI+, ya ha mostrado su rechazo a esta decisión. "Este hecho señala y estigmatiza al colectivo, culpándole de la difusión de la enfermedad por ejercer su libertad sexual, sin proponer medidas efectivas para prevenir su difusión", han criticado desde FELGTBI+.

Con este objetivo, precisamente, el usuario de Twitter Arturo M Henriques B (@arturohenriques) ha compartido en la red social la situación que presenció en el Metro de Madrid hace solo unos días. “No pensé en poner nada, pero como nos quieren culpar solo a nosotros…”, ha comenzado escribiendo Arturo M Henriques B en un hilo de Twitter publicado el 30 de julio, que ya ha sido compartido más de 23 000 veces en la red social y que ilustra con una foto en la que, tal y como explica, se ve a un hombre con heridas en las piernas infectado con la viruela del mono en el Metro de Madrid “en su momento álgido de contagio”.

“El señor se monta en el metro de Legazpi. Completamente lleno de lesiones desde la cabeza hasta los pies, incluyendo sus manos. Yo veo la situación y además veo a las personas alrededor como si no pasará nada”.

Entonces, “me convertí en una Karen”, ha ironizado sobre su reacción a tal situación. “Me acerqué prudencialmente al señor” para preguntarle si tenía la viruela del mono. Este le respondió afirmativamente, argumentando que, a pesar de saber que estaba contagiado, su médica no le había dicho que debía confinarse en casa, “sólo que usara mascarilla”.

“Le digo que las lesiones que tiene en todo su cuerpo son lo que más contagian. Que yo soy médico y que posiblemente no entendió todas las indicaciones de su médica de cabecera”, ha continuado.  Ante esto, el hombre le respondió de malas maneras y decidió dirigirse a la mujer que estaba sentada a su lado. “¿No le preocupa enfermarse?”, le preguntó a la señora que se había sentado junto al hombre. “No soy gay”, respondió la mujer, argumentando que era este colectivo los “que se tenían que cuidar”.

Sentada en el metro junto a un afectado con viruela del mono: "No me preocupa, no soy gay"