El pasado 10 de Octubre se celebró en más de 100 países el Día Mundial de la Salud Mental. Este movimiento persigue dar visibilidad a las personas que sufren este problema y reivindicar por sus derechos.
Durante muchos años, la salud mental ha sido un tema tabú en la sociedad. Sin embargo, día a día gracias a las organizaciones y a estas iniciativas se ha ido normalizando, lo cual supone un paso fundamental para empezar a poner nombre a todo este tipo de trastornos, y así poder solucionarlo.
SALUD MENTAL EN ESPAÑA:
Según un estudio clínico de la Psicología en atención primaria, más de dos millones de personas en nuestro país toman ansiolíticos a diario. Las mujeres doblan en el consumo de estos psicofármacos a los hombres. España, junto a Portugal, encabeza la lista de países en la Unión Europea que más ansiolíticos consume.
Sin embargo, y aunque pueda resultar un tanto contradictorio. El ratio de psicólogos por habitantes en España está muy por debajo de la media europea. España cuenta con 6 psicólogos por cada 100.000 habitantes en la Sanidad Pública frente a los 18 profesionales de media de la Unión Europea.
Según los datos proporcionados por el Ministerio de Sanidad, “en España 1 de cada 10 adultos y 1 y de cada 100 niños son diagnosticados con un problema de salud mental. Las mujeres casi el doble que los hombres, y los niños más que las niñas".
Además, en nuestro país, los suicidios son desde hace años la principal causa de muerte no natural. Al día se suicidan unas 10 personas.
LAS SECUELAS POST- COVID.
Según datos del Instituto Global de la Salud: "Alrededor del 30-60% de los pacientes con COVID-19 sufren manifestaciones del sistema nervioso central y periférico".
Asimismo en una encuesta del Consejo Nacional de Psicología, del total de los encuestados: un 40% tenía síntomas de depresión y un 30% tenía ansiedad. Estos dos últimos trastornos han sufrido un notable aumento tras la pandemia.
Sin duda, toda esta nueva situación ha afectado a nuestras relaciones sociales y personales, a nuestra vida profesional, a nuestra economía, a nuestros hábitos de ocio, y consecuentemente también, a nuestra salud mental.
