viernes. 19.04.2024

"Es una de las frases más difíciles que he tenido que asimilar", dice Rachid Dadda García, un joven enfermero de 23 años que lleva trabajando en el Hospital de Bilbao desde 2019. Reconoce que la pandemia lo pilló de lleno al igual que muchos de sus compañeros.

Hace unos días Rachid se vio en una situación que se lleva repitiendo desde el comienzo de la pandemia. Un hombre de avanzada edad llegó de una residencia para ancianos al hospital donde trabaja Rachid y sabiendo cual era su situación, patologías previas, uso desaconsejado de respiradores... El hombre le dijo a Rachid: "no te quites el EPI y no me dejes morir solo", siendo consciente de que no le quedaba mucho. Rachid se quedó con él y falleció. "Lo peor es que le ves miedo en los ojos. La sobre información nos aterra y él no quería morir solo", comenta el joven médico. En este caso el hombre no tenía familia, pero existen otros muchos casos en los que la gente ha muerto sola por diversas causas como la imposibilidad de contar con acompañantes, familiares con patologías que no se pueden exponer al contagio o la propia salud de los sanitarios al llevar tantas hora con el EPI.

 

Rachid ha comentado como como esta situación se repite cada vez más a menudo en las camas y habitaciones contiguas a la anterior historia, existen momentos extremos en los que los sanitaros no dan abarcado los pacientes por persona y él como muchos otros pretende abracar todo pero resulta imposible. También ha comentado como repercute en situaciones así la inexistencia de formación específica para personal a cargo de la Unidad de Cuidados Intensivos y que afecta tanto a sanitarios como a pacientes. Otra de las faltas que se notan cuando te encuentras enfrentando estas situaciones es la falta de respiradores, pero también de cuidados paliativos "necesitan cuidados paliativos para tener dignidad. Y debemos ensalzar la figura del 'paliativista'", ha comentado Dadda.

Este joven médico ha relatado otro de los casos que ha vivido en primera línea y que le ha dejado marcado, esta vez se trataba de un matrimonio, ambos ingresados y que lo único que querían era no preocupara a sus hijos, cuando estos visitaban el hospital, la pareja sacaba a relucir todas las fuerzas que les quedaban para que sus hijos pudiesen volver a casa tranquilos. "Yo veía que llegaba su familia a verles y se hacían los valientes y simulaban estar muy bien. Un día vino su hija, y la madre ingresada le dijo al padre; 'dile que estás muy bien'. Al día siguiente falleció el padre y al siguiente la madre. Fue durísimo pero me marcó la necesidad que tenían de no angustiar a sus hijos. Esto está pasando. Mueren familias enteras", finaliza Rachid.

El joven ha relatado estas historias con el fin de concienciar a la población. Cree que estamos cansados de todo esto y eso nos lleva a relajarnos pero recalca que el compromiso es de todos, "estamos más desgastados mental y físicamente. Te llevas el trabajo a casa, no desconectas, solo hablamos de covid. Y eso, asegura, nos está pasando factura. Estamos a punto de repetir lo de la primera ola, pero exhaustos".

Por último ha puesto en claro la situación actual que como ya prevee, será una primera ola pero anímicamente exhausta, han comenzado los traslados entre hospitales y las cancelaciones de operaciones ajenas al coronavirus, "todos los esfuerzos se centran en impedir un abismo", concluye. 

"No te quites el EPI y no me dejes morir solo": la petición de un paciente a un...