jueves. 28.03.2024

El perro es el mejor amigo del hombre. Eso nadie lo niega. Estos animales no sólo le hace compañía a sus dueños sino que, en algunos casos, pueden suponer una herramienta más para su cura en caso de que su propietario esté enfermo.

El ‘superpoder’ de los perros ha hecho que el sistema británico de salud pública los haya incorporado a las pruebas de detección de cáncer ante su gran fiabilidad, y es que los ‘poderes olfativos’ de los canes están más que comprobados. Por ejemplo a la hora de detectar explosivos, estupefacientes o pérdidas de gas.

La detección del cáncer se remonta a 1989, cuando un perro detectó un caso de melanoma maligno olisqueando la pierna de su amo. Desde entonces, diversos estudios han descrito cómo perros entrenados apropiadamente logran señalizar con elevada fiabilidad a los pacientes portadores de cánceres como el de pulmón, el de vejiga, el de ovario, el de mama y el de próstata olfateando su cuerpo, su orina, su sudor, así como la respiración e incluso su sangre.

Para poder detectar el cáncer, los perros tienen que oler muestras biológicas de los pacientes procedentes de los fluidos corporales: sangre, orina, excrementos, aliento.

La organización Medical Detection Dogs explica que los perros gracias a su potente olfato son capaces de detectar los ‘compuestos orgánicos volátiles’, pequeñas partículas producidas por el tumor y presentes en los organismos de los afectados. Además, según señala, cada tipo de cáncer tiene sus propias nanopartículas, cuyo olor es detectable por los perros.

La Sanidad inglesa incorpora a perros adiestrados para la detección del cáncer