viernes. 29.03.2024

1.398.613, puede parecer un simple número, los más audaces habrán captado a que se refiere esta cifra, mujeres, hombres, mayores que nos sacan una sonrisa haciendo la labor de abuelo o abuela, personas que cuidan de los enfermos y dan la vida por ellos. Esta es la suma de fallecidos por coronavirus en nuestro país que a medida que leas este documento puede que suba sin que nosotros nos demos cuenta. Ha aparecido hace poco una luz al final del túnel, científicos de todo el mundo han dejado atrás sus otras investigaciones por un bien mayor y en común, encontrar una vacuna para frenar esa cifra incansable de muertos que, día a día apunta uno más a su lista. Se han conseguido varias vacunas y varias tienen una efectividad superior al 90%, pero en España aún sospechamos de ella y no nos fiamos por miedo a efectos secundarios o a la verdadera efectividad de esta.

Esta es la razón por la que un investigador del Cima Universidad de Navarra, Pablo Sarobe considera el ponerse la vacuna, positivas y optimistas vistas la efectividad de las investigaciones, como un "acto de solidaridad". Hablando de dichas vacunas de empresas como Pfizer, son "vacunas innovadoras con tecnología similar" que en breve deberíamos verlos confirmados en revistas científicas, añade que "tienen una buena actividad inmunológica”, por lo tanto no debemos de tomarlas como algo especial y diferente que den miedo.

El científico desarrollo esta reflexión en una de las conferencias que forman parte de la Semana de la Ciencia Organizada por el Museo de Ciencias Universidad de Navarra. En la conferencia llamada Vacunas COVID19: Presente y Futuro, el experto comentó que "la vacunación es un acto de solidaridad y lo ideal es que existiera una conciencia general de su necesidad y de los beneficios que aporta a toda la sociedad”. En su ponencia hizo una comparación con los medicamentos pues estos solo se le otorgan a las personas que sufren la enfermedad, sin embargo, “en la vacunación el beneficio es global”, y añade que "hay personas a las que les gustaría vacunarse, pero por factores como la edad u otras enfermedades concomitantes, esta medida no es tan eficaz, y la mejor manera de protegerlos es proteger a la sociedad en su conjunto”.

Y en este sentido Sarobe dice que "en primavera todo el mundo estaba muy orgulloso de la solidaridad que suponía quedarse en casa por el bien de todos" y ahora "la vacunación sería lo mismo a partir de ahora”. La solidaridad cambiaría de quedarse en casa a el acto de ponerse la vacuna. Sin embargo, ante la afirmación de Ugur Sahin, creador de la vacuna de Pfizer, sobre la posible recuperación de una “vida normal” a mediados de 2021, apunta que si la eficacia de la vacuna y la tasa de vacunación son lo suficientemente elevadas ,en el país o en este caso en el mundo, para alcanzar la inmunidad de grupo, estaríamos protegidos "pero mientras exista un porcentaje de la población que no esté protegido por la vacuna ahí siempre habrá un nicho".

Ante la pregunta de si el propio experto se vacunaría, el científico ha afirmado sin ninguna duda una vez la vacuna haya superado las tres fases de investigación y más con los datos de eficacia que están siendo publicado continuamente. Y es que, a su juicio, la desconfianza de la gente podría deberse a la falta de conocimiento sobre los procesos de aprobación, que pueden generar desconfianza en parte de la población para esperar a nuevas vacunas y al respecto, ha subrayado que, "aunque haya salido en tan poco tiempo, la vacuna ha superado los mismos requisitos de seguridad y eficacia que cualquier otra, y ha sido aprobada por los comités correspondientes”.

Esta aprobación supone que ha demostrado unos niveles de seguridad y que los efectos secundarios generados en las miles de personas que han participado en los ensayos clínicos previos están dentro de lo aceptable, ha explicado. Por ahora, los efectos secundarios que se han notificado en los ensayos de las vacunas de Pfizer, Moderna y Janssen concuerda con los habituales de otras vacunas ya existentes, "signos como enrojecimiento e inflamación de la zona de inyección, algún proceso febril más o menos leve, etc., que en la mayoría de los casos son de muy corta duración”.

De todas maneras el científico ha asegurado que estas vacunas han sido las primeras en salir, pero no serán las únicas ni mucho menos, ya que existen otras que han demostrado resultados muy prometedores. “Desde el punto de vista de la eficacia, no tienen por qué ser las mejores y también hay cuestiones prácticas, como la estabilidad del producto y los requisitos de almacenamiento y distribución, que podrían hacer más adecuadas unas vacunas que otras”, afirmo Sarobe.

De hecho, en la Universidad de Navarra, el equipo de Pablo Sarobe investiga en una de ellas que, ha comentado, "está basada en la administración de fragmentos de zonas muy concretas del virus, lo que requiere la identificación de esas zonas y qué propiedades inmunitarias tienen". Hasta el momento se han identificado algunas de esas zonas y están caracterizando el efecto de la administración en modelos animales, por lo que, "alcanzado este objetivo, la idea es diseñar una vacuna con las mejores propiedades de eficacia y seguridad”, termina.

Porque parar el virus no es una cuestión solo de los enfermos que lo contraigan o de las personas que combaten contra él al pie del cañón en hospitales y laboratorios, hace meases felicitábamos a los sanitarios desde nuestros balcones con aplausos y reproducciones continuas de "Resistiré", nos quedamos en casa para reducir los contagios y seguimos las normas de seguridad necesarias para evitar contagios en la "nueva normalidad", ponerse la vacuna no es nada más, que otro acto solidario por aquellos que aún están, los que ya se fueron y para frenar esas víctimas que siguen sumándose al número total.

Pablo Sarobe, científico experto en la vacuna del Covid: "Vacunarse es un acto más de...