La carrera internacional para conseguir una vacuna para hacer frente a la covid-19 ha ganado un nuevo competidor. La vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca anunció unos resultados muy prometedores en un estudio con la participación de más de mil personas. No obstante, no es el único proyecto que avanza rápidamente, ya el proyecto desarrollado por la farmacéutica estadounidense Moderna y el del laboratorio alemán Biontech en la Unión Europea.
Este prototipo de vacuna ya mostró resultados positivos en sus dos primeras fases de ensayos clínicos de la misma, hecho que le ha permitido firmar un acuerdo con la empresa farmacéutico Pfizer para poder producir y distribuir su nueva vacuna.
Estas noticias han permitido, por un lado, que la cotización en bolsa del laboratorio alemán de disparase el pasado lunes. Por otro lado, la empresa ha anunciado este miércoles la firma de un acuerdo con el Gobierno de Estados Unidos para poder vender 100 millones de dosis de la vacuna por un valor total de 1.950 millones de dólares. Ello demuestra que las negociaciones previas con empresas farmacéuticas para poder adquirir dosis de vacunas será una de las claves de los estados para poder frenar de manera rápida la pandemia de la covid-19.
Esta competición de estados también se traslada a las empresas farmacéuticas, ya que las cantidades de dinero que se pueden llegar a mover y que ya se están viendo son muy importantes. Para frenar esta tendencia y no emplear esta coyuntura para obtener un gran beneficio económico, dos grandes empresas que se han embarcado en proyectos de vacunas han decidido vender una parte importante del stock a precio de coste, es decir, no obtener beneficios con estos productos. Así lo han querido demostrar AstraZeneca y Johnson&Johnson. No obstante, Moderna y Pfizer se ha desmarcado de esta iniciativa.
