sábado. 20.04.2024

Alberto Núñezs Feijoo, presidente de la Xunta de Galicia, espera que a partir de julio o agosto puedan empezar a salir a la calle sin las mascarillas. Otras comunidades como la andaluza o la balear apuestan por una desescalada más lenta. La presidente del Govern Balear, Francina Armengol aseguraba estar aun lejos de tomar la decisión de quitar las mascarillas y por otro lado, Juanma Moreno dijo que veía prudente mantenerlas hasta conseguir que el 80% de la población esté inmunizada.

La impaciencia llega

Fernando Simón, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), dejaba abierta la puerta a los vacunados por completo como los primeros en dejar de utilizar la mascarilla en exteriores, siendo probable a finales julio. Simón adelantó que es muy probable y que en no muchos días pueda llegar esa relajación. Sanidad por su parte ha confirmado que será un tema estudiado por la Ponencia de Alertas y llevado al Consejo Interterritorial, pero aún no hay una fecha concreta.

Además, Sanidad planteará esta medida cuando se llegue al tramo en el que el 50 y 70% de la población esté vacunada, siendo la segunda una cifra necesaria para poder alcanzar la inmunidad de grupo.

La presidente del Govern balear, ha señalada la flexibilización del uso de la mascarilla es un debate que debería tener el ámbito técnico y político, además de ser una decisión que cree que debería de ser de forma compartida según la incidencia de cada comunidad. Asegurando que continua con la idea de la desescalada lenta y rigurosa.

Debe bajar la incidencia acumulada

El portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), Idelfonso Hernández, apuesta por la cautela, insistiendo en que de momento no hay una fecha marcada para el fin de la mascarilla, ya que es un medio de contingencia, poniendo como ejemplo lo ocurrido en Reino Unido “imagínate que hay un brote, como ha pasado en Reino Unido, que han tenido que modificar su desescalada. Allí, que van con un 70% de vacunación de primera dosis y allí han tenido que modificar”. Hernández cree que es prematuro aventurar alguna fecha. En el mes de junio no esperan tener novedades y hasta que no haya mayor estabilidad en la incidencia creen que el camino es no replantear nada al respecto.

La decisión de la permisión de llevar o no mascarilla deberá tener en cuenta el número de vacunados por completo, no se debe dar lugar a la relajación porque puede favorecer la transmisión que hasta ahora la población ha respetado mucho las medidas individuales, aun hay muchas personas sin vacunar, en especial parte de la población activa que es la que más sale e interacciona con otros. Hasta que no tengan claro un cambio importante en la incidencia y en la tendencia no se podrá hablar del tema, comunica el portavoz de la SESPAS.

Antonio Trilla, jefe de Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona comparte la misma opinión, considerando que aun hay cifras altas como para cambiar la decisión de la obligatoriedad de las mascarillas, aun hay una incidencia acumulada cercana a los 100 casos por cada 100.000 habitantes, apostando por una incidencia acumulada cercana a los 50 casos.

La desescalada hipotética

Idelfonso Hernández insiste en que hay medidas que no se pueden tomar localmente, porque es un mensaje demasiado general, difundido por los medios a todo el mundo. Los mensajes deben ser homogéneos para toda la población. En el caso de que la tendencia de incidencia bajara, habría que trabajar para realizar recomendaciones que pueden ser distintas para las personas vacunas o no y para las diferentes interacciones. Es posible que las personas vacunadas podrían dejar de llevar la mascarilla en exteriores, pero dependiendo de con quien esté, de si es bajo riesgo…hay una serie de matices que habrá que especificar y aun se está trabajando para cuando llegue el momento.

Hernández ha matizado que no podrán hacer como si nada hubiera pasado aunque esté vacunado, ya que puede seguir transmitiendo. Hay demasiados matices que aun hay que tener en cuenta, porque puede suponer un riesgo para las personas ya sean mayores o no, pueden agravar la enfermedad.

Fin del uso de la mascarilla

Si se sigue el ritmo de vacunación, con 5 millones más de vacunas todas las semanas es posible que en tres semanas haya tanta gente vacunada que la transmisión comience a ser complicado, lo que podría acelerar el fin de la mascarilla, según Idelfonso Hernández. Una idea que comparte con Manuel Franco, portavoz también de SESPAS, que ha insistido en que la relajación del uso de la mascarilla dependerá mucho del efecto que tenga la vacunación masiva en la población y que además están intentando mantener el ritmo.

 Si se sigue el ritmo de vacunación que se ha llevado en estas últimas semanas. Antonio Trilla asegura que alcanzaremos el 50% de la población adulta vacunada y habrá una caída en el número de nuevos casos. Pero de momento tienen que ser cautos. La luz al final del túnel según Trilla será a partir de julio, tras las fiestas de San Juan y el inicio del verano.

La mascarilla podría dejar de ser obligatoria en exteriores a partir de julio