jueves. 28.03.2024

La investigadora Berta Casar estudia el melanoma, un tipo de cáncer de piel que se origina cuando los melanocitos (las células que dan a la piel su color bronceado o marrón) comienzan a crecer fuera de control. Casar, investigadora del IBBTEC (CSIC-UC-Sodercan), observa los mecanismos de ese proceso para mejorar su tratamiento. En concreto, estudia las rutas de activación de las proteínas dentro de la célula, en procesos de melanoma, cáncer de mama y neuroblastoma (un tipo de cáncer pediátrico). Ha planteado un proyecto para diseñar un kit que permitirá predecir la respuesta del paciente al tratamiento de melanoma. De esta forma, los pacientes  podrán recibir un tratamiento personalizado. En un futuro, podría aplicarlo el cáncer de mama y al de pulmón. Su proyecto ha recibido una beca de la Fundación FERO para investigación oncológica, dotada con 80.000 euros. Casar es optimista sobre la investigación oncológica: “a largo plazo, curaremos el cáncer”, augura, “pero a corto plazo conseguiremos cronificarla, como se han cronificado otras enfermedades, como las cardiovasculares o la diabetes”.

Pregunta: Si digo cáncer, ¿qué es lo primero que le viene a la cabeza?

Respuesta: El cáncer es un conjunto de enfermedades de más de cien tipos distintos. No es solo una enfermedad, son muchos tipos distintos y, como tales, tenemos que estudiarlas, diagnosticarlas y tratarlas cada una de una manera diferente. Por tanto, lo primero que se me viene a la cabeza es “variabilidad”.

P: El cáncer es una de las causas principales de muerte en el mundo. ¿Entendemos realmente como sociedad qué es el cáncer desde un punto de vista biomédico?

R: Sí, estamos más concienciados de lo que es el cáncer en cuanto a prevención, diagnóstico y tratamiento. Cada vez vemos a más gente que sabe que se puede prevenir con una vida saludable y actividad física, evitando por supuesto todos los carcinógenos químicos y físicos. Sabemos que las revisiones periódicas en muchos tipos de cáncer pueden llevar a una supervivencia del 100 % y la cura en cuestión de semanas.

P: ¿Y respecto al tratamiento?

R: En cuanto al tratamiento, es importante ver que la sociedad también entiende que la búsqueda de nuevas terapias, junto a la investigación y la financiación, es lo que va a hacer que el cáncer se cure y sea una enfermedad crónica. Precisamente en la entrega de las becas esto era lo que decían los oncólogos especialistas: buscamos que el cáncer se cronifique como se han cronificado otro tipo de enfermedades, como las cardiovasculares, que te tomas las pastillas, o la diabetes, que te inyectas insulina. Cada vez estamos más cerca de cronificar el cáncer y esto es en parte gracias al conocimiento de la gente sobre la prevención, el diagnóstico y el tratamiento.

P: ¿Qué lugar ocupan en su área de trabajo la prevención, el diagnóstico y el tratamiento?

R: Soy investigadora básica. Siempre he querido que todo nuestro trabajo en el laboratorio se pueda trasladar a la clínica. Gracias a esta relación de investigadores básicos con clínicos, y también con los pacientes, podemos descubrir herramientas que nos permitan siempre ir en beneficio de los pacientes. Lo que yo veo es que, mi laboratorio, pese a realizar una investigación básica, se encuentra cada vez más relacionado con la oncología traslacional. Esta oncología traslacional permite que todo lo que nosotros descubramos en los laboratorios pueda trasladarse a un beneficio final de los pacientes en la clínica.

P: Ahora podemos tener la percepción de que hay más casos de cáncer. ¿A qué se debe?

R: Es consecuencia de varios factores. La prevalencia del cáncer ha aumentado porque la sociedad va envejeciendo y las alteraciones que provocan el cáncer se “acumulan”. A mayor edad más mutaciones y, en consecuencia, más cáncer. También lo estudiamos mucho más, se conocen más tipos de cáncer; antes no conocíamos la causa de muchas muertes, pero ahora sabemos perfectamente cómo actúa el cáncer. También hablamos mucho más de este conjunto de enfermedades, cada vez buscamos con más ahínco la cura del cáncer y somos más optimistas. Nos sentimos más cerca de la cura y hablar de ello ya no nos cuesta tanto.

P: Es licenciada en biología y doctora en bioquímica y biología molecular. ¿En qué momento decide dedicarse a la investigación del cáncer?

R: De las distintas áreas de biomedicina siempre me había atraído el cáncer. Me parecía muy interesante encontrar tratamientos porque, aunque otras enfermedades también lo requieren, el cáncer afectaba a millones de personas. Muchos empeoraban rápidamente con el tiempo y desconocíamos qué era lo que estaba ocurriendo. Desde el principio quise focalizar mi carrera en investigar el cáncer a un nivel molecular.

P: Además, ha estudiado distintos tipos de cáncer, como el de páncreas y el melanoma. 

R: Realmente lo que yo estudio son rutas de activación de proteínas dentro de la célula. Estas rutas regulan diferentes tipos de cáncer. Inicialmente me centré en el cáncer de colon y en el melanoma porque en ambos casos había determinadas mutaciones que estaban presentes en pacientes con estas dos enfermedades. Con los años, y gracias a la secuenciación masiva de datos de pacientes -algo fundamental en este tipo de investigaciones- hemos visto que esas alteraciones en las rutas de activación están presentes en diferentes tumores. Seguimos estudiando el melanoma, pero también el cáncer de mama y un tipo de tumor pediátrico, el neuroblastoma, ya que pese a ser tumores distintos comparten estas rutas de activación.

P: ¿Sabemos por qué estos tumores tan diferentes comparten estas vías de activación?

R: No sabemos exactamente por qué. Lo que sí conocemos es que hay alteraciones de las células tumorales que se producen solamente para aumentar la proliferación y la metástasis del cáncer. Como son señales que aceleran el crecimiento del tumor y estos tumores que hemos mencionado suelen ser muy agresivos, esa ruta siempre está alterada.

P: El melanoma es un cáncer de piel muy agresivo pero su prevención resulta relativamente simple. ¿Por qué no cala en la sociedad la necesidad de invertir en prevención para no tener que invertir mucho más en clínica? 

R: Creo que, como se trata de un tumor superficial y está en la piel, a ojos de la sociedad no parecía un cáncer muy agresivo. Pensamos en la piel y, por supuesto, claro que tiene su función, ¡pero no es el corazón o el cerebro! Piensas que un lunar te lo pueden quitar sin mayor complicación, pero a simple viste no puedes ver si ese lunar profundiza mucho, o si ya ha metastatizado. Cuando hemos empezado a estudiar el melanoma y hemos visto que su metástasis provoca un alto número de muertes es cuando la gente se ha percatado de que sí es agresivo. El melanoma, aunque tú no lo veas, está ahí. Hay que ir a las revisiones, y es totalmente importante ese primer diagnóstico porque, que pase un año puede llevar de tener un índice muy bajo de riesgo a un índice demasiado alto.

P: ¿Suele derivar el melanoma en metástasis?

R: Sí, hay un alto porcentaje, casi del 50 %, que deriva en metástasis precisamente por esta alteración en la ruta de activación de la que hablábamos. Estas metástasis son mortales porque uno de los inconvenientes - al igual que ocurre con otros tipos de cáncer - es que la terapia dirigida lo que hace es desarrollar resistencias, con lo cual el paciente responde al tratamiento dirigido unos meses y luego esa resistencia hace que el tumor sea más agresivo y no responda a la terapia. En estos casos no hay tratamiento ni terapia eficaz, y aunque el porcentaje está bajando, hablamos de en torno al 30 % de los pacientes.

P: ¿Cómo funciona la metástasis?

R: La metástasis es la principal causa de muerte por cáncer; a día de hoy, el 90 % de los pacientes con cáncer mueren por metástasis, por eso debe ser la principal diana para frenar la enfermedad. Si yo bloqueo esta metástasis el paciente se cura, pero la metástasis es un proceso muy complejo; consiste en todos los pasos que sufre una célula desde que está en el tumor primario hasta que coloniza un órgano secundario. La célula tiene que escaparse del tumor, ir al torrente sanguíneo y sobrevivir, circular y acabar colonizando un órgano distinto. Depende de muchas circunstancias para cumplir con todos los pasos, pero las células tumorales metastásicas son tan agresivas que lo consiguen. Y además, metastatizan donde quieren.

P: ¿Tienen preferencias estas células metastásicas?

R: Sí, esto es lo que llamamos desde hace algunos años el nicho metastásico. La metástasis de melanoma es muy agresiva en el cerebro, por ejemplo. Produce la muerte en meses. ¿Y por qué la célula de un cáncer de mama quiere metastatizar en los huesos y no en otro lugar? Bueno, hay un nicho que le indica a esa célula que ahí va a crecer mejor y va a hacer más daño. Ahí es donde debemos actuar para salvar al paciente, evitando la metástasis, que en realidad es más bien una micro metástasis, ya que suelen ser muy pequeñas pese a causar un gran daño.

P:¿Qué ventajas e inconvenientes presentan las terapias especializadas frente a otros tratamientos?

R: La ventaja es que cada tipo de tumor se va a “destruir” con un fármaco específico con muy pocos efectos secundarios en el paciente y que va a funcionar con una probabilidad muy alta. Es una terapia dirigida que ha sido diseñada para ese tipo de tumor. El inconveniente es que, debido a la terapia, se puede desarrollar esta resistencia de la que hablábamos en el caso del melanoma. Aun así, para el paciente no tener estos efectos secundarios es algo muy positivo. Antes, las terapias eran el resultado de la combinación de ocho, nueve o incluso diez sustancias, todas ellas en un cóctel que iba contra todo tu cuerpo. Ahora tienes una sola sustancia que es más fácil de administrar y que ataca únicamente a la célula tumoral.

P: ¿En qué consiste el proyecto por el cual le han otorgado la beca FERO?

R: Es un proyecto que va dirigido a desarrollar un biomarcador predictivo para el melanoma metastásico. ¿Qué queremos conseguir con esto? Que el biomarcador nos diga cuándo un paciente va a responder o no a determinado tratamiento para mejorar su estratificación (su tratamiento), evitar otras terapias innecesarias y que no le van a hacer efecto y poder desarrollar una medicina más personalizada, de precisión. Este kit de predicción se hará en pacientes que ya tienen un melanoma diagnosticado; haremos un estudio exhaustivo para saber qué tipo de melanoma tiene y, estudiando este biomarcador y alteraciones que puedan existir en rutas de señalización, podremos decir: Tu tumor es este. Esto es lo que le pasa y este es el tratamiento personalizado que te va a curar. Es una manera de hacer mucho más efectivo el tratamiento, de acuerdo con cada tipo de tumor y, de nuevo, evitando esos efectos adversos tan fastidiosos.

P: ¿Qué significa este reconocimiento?

R: Bueno, no me lo esperaba (ríe). Para empezar, es una beca muy competitiva. Hay investigadores muy buenos, sobre todo oncólogos clínicos con estudios muy importantes para la oncología traslacional. Para mí es cumplir un sueño, que es desarrollar un proyecto totalmente destinado al beneficio pacientes. Gracias a la Fundación FERO se hará realidad este proyecto enfocado a mejorar el tratamiento de los pacientes con melanoma. Además, ahora vamos a por ese biomarcador para melanoma metastásico, pero espero en un futuro desarrollar también el de cáncer mama y de pulmón, porque lo importante es poder extrapolar todo este trabajo a otros tipos de tumores.

P: La educación es otro factor importante. ¿Qué papel cumple la educación, sobre todo de la mujer, a la hora de diagnosticar de forma precoz ciertos tipo de cáncer?

R: Es totalmente fundamental. Hasta hace algunos años los científicos no nos implicábamos tanto en la divulgación, y esta educación es crucial. Desde pequeños debemos educarnos en qué debemos hacer ante una enfermedad así, y sobre todo también hay que hacer ver que debemos enfrentarnos a esta enfermedad. A los niños hay que educarles ante todas las situaciones y mostrarles que el cáncer es una enfermedad que existe en la sociedad, que en muchos casos ya podemos curar y que en otros casos podremos curar en un futuro cercano. La educación de cómo prevenirlo, de cómo una vacuna frente a un tipo de papiloma puede prevenir la aparición de ese papiloma en el futuro, la importancia de no exponerse a los agentes carcinógenos… No solo no fumando, sino evitando ambientes con humo. También fomentar esa visita al oncólogo si hay antecedentes familiares. Necesitamos educar para normalizar y curar el cáncer.

P: ¿Cómo le explicamos a un niño qué es el cáncer?

R: Yo suelo contar lo siguiente: son unas células que se vuelven malignas y empiezan a crecer de manera incontrolada. Nuestro cuerpo no puede regular este crecimiento, entonces afectan al funcionamiento de nuestro organismo. Dependiendo de en qué órgano ocurre esto afecta a unas funciones u otras y te daña.

La investigadora Berta Casar: “A largo plazo, curaremos el cáncer”