sábado. 20.04.2024

El Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba ha incorporado el primer equipo para el tratamiento del temblor en los trastornos del movimiento (temblor esencial y enfermedad de Parkinson) en Andalucía. Se trata de una tecnología novedosa que ofrece la posibilidad de reducir o eliminar el temblor que muchas personas presentan por diferentes trastornos neurológicos y que afecta significativamente a su calidad de vida. 

Todo ello mediante un tratamiento poco invasivo, ya que se basa en Ultrasonidos Focalizados de Alta Intensidad (HIFU, High Intensity Focal Ultrasound) guiados por resonancia magnética, una terapia que actualmente sólo está disponible en otros cuatro hospitales de la red sanitaria pública del país en Madrid, Galicia y Cataluña y en otros cuatro hospitales privados (Cataluña, Valencia, Navarra y Madrid).

La consejera de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, Catalina García, ha visitado este viernes el hospital cordobés para dar a conocer las principales ventajas de este tratamiento que ya está disponible para los pacientes andaluces. Concretamente, desde que en noviembre del pasado año comenzara a funcionar, se han administrado 12 tratamientos a pacientes cordobeses en su mayoría, pero también de otros puntos de Andalucía. De ellos, 9 han presentado una eliminación completa del temblor y los otros 3 una reducción de hasta el 70%. Precisamente, en la rueda de prensa se ha proyectado un vídeo en el que uno de los pacientes, Juan Antonio, muestra el antes y el después de recibir el tratamiento. 

La previsión, según ha explicado la consejera, “es iniciar la derivación de pacientes de toda Andalucía para hacer accesible este tratamiento a todos los andaluces que lo necesiten, de forma que podamos mejorar la calidad de vida de todas aquellas personas para las que esté indicado el tratamiento y no presenten criterios de exclusión”. La incorporación de esta tecnología permitirá “devolver a un gran número de andaluces que, en muchos casos no tenían alternativa de tratamiento, autonomía y calidad de vida”.

Para ello, la Junta de Andalucía ha invertido 2.416.370 euros en este equipo que se ubica en el servicio de Radiodiagnóstico del hospital y, para su uso, el hospital ha constituido un equipo multidisciplinar compuesto por diferentes profesionales de las unidades de Neurología, Neurocirugía y Radiodiagnóstico. 

Funcionamiento y ventajas

El nuevo equipo se utiliza inicialmente para tratar a determinados pacientes que cumplan los criterios de inclusión, como presentar temblor esencial refractario o enfermedad de Parkinson con predominio temblor y que no mejore con los tratamientos habituales, según ha explicado la jefa de servicio de Neurología del Hospital Reina Sofía, María Teresa Cáceres. La doctora Cáceres explica que “el temblor esencial es una enfermedad muy frecuente, que provoca temblor principalmente en miembros superiores, pero también puede afectar a la cabeza, la voz y los miembros inferiores”. Puede generar una gran dependencia en las personas que la sufren, llegando a incapacitarlas para realizar tareas tan simples y cotidianas como vestirse, comer o cocinar”. 

Se trata de un trastorno del movimiento con distintos grados de severidad que afecta en mayor medida a personas mayores de 40 años, pero que puede aparecer a cualquier edad. Se calcula que en España lo sufren más de 600.000 personas. “La previsión es incorporar a nuevos perfiles de pacientes de forma progresiva”, ha destacado la doctora Cáceres, quien también ha señalado “que es una tecnología muy novedosa, ya que los centros públicos que ya la utilizan en el país comenzaron hace poco más de un año”. La experiencia de este tratamiento es prometedora, pues “los síntomas de los pacientes mejoran minutos después de recibir el tratamiento”. 

En esta línea, el jefe de servicio de Neurocirugía, Juan Solivera, explica que “las principales ventajas que aporta esta tecnología son la posibilidad de realizar una lesión sin incisión quirúrgica ni implantar dispositivos intracraneales, utilizando los ultrasonidos gracias a un equipo de alta tecnología que permite concentrar el calor sobre las neuronas responsables del temblor, con temperaturas de hasta 60º C, eliminándolas en una sola sesión, sin incisiones ni anestesia general”. Para ello, se realiza un trabajo previo de planificación, en el que “analizamos el punto exacto y trabajamos de forma coordinada con los neurorradiólogos, de forma que la imagen de la resonancia nos va diciendo si estamos en el lugar exacto que habíamos previsto”. El doctor Solivera destaca también la seguridad de este tratamiento y del control que se mantiene durante todo el proceso. 

Por su parte, la responsable del servicio de Radiodiagnóstico, Marina Álvarez, valora que “este tratamiento es un ejemplo de cómo se traslada la tecnología a los pacientes y de la importancia de trabajar en equipos multidisciplinares en los que la visión integral del paciente es clave”. La doctora Álvarez insiste en la monitorización de todo el procedimiento en el que “el paciente se mantiene despierto por lo que se puede verificar el grado de eliminación del temblor en tiempo real, lo que nos ofrece la posibilidad de comprobar la mejoría del temblor hasta su desaparición”. En este sentido, el neurorradiólogo Manuel Ramos, que forma parte del equipo de trabajo del HIFU, destaca la importancia del trabajo previo “que consiste en la realización de estudios de imagen como un TAC de cráneo y una resonancia para el paciente de cara a garantizar la efectividad del tratamiento, comprobar que cumple los criterios de indicación y, también, para poder planificar con detalle el punto sobre el que administrar el tratamiento”.

Calidad de vida

Domingo, natural de Córdoba, ha sido uno de los 12 pacientes que hasta ahora se ha beneficiado del nuevo equipo. Este paciente ha asistido hoy a la rueda de prensa para ofrecer a los medios de comunicación su testimonio, que coincide con el de Juan Antonio (el paciente que aparece en el vídeo que se ha proyectado). 

A sus 79 años, Domingo no podía realizar funciones de la vida diaria como escribir o comer. Una enfermedad hereditaria (temblor esencial) fue poco a poco mermando su calidad de vida al experimentar temblores en ambas manos. “Cuando me dijeron que existía esta posibilidad, no lo pensé. Y ahora estoy súper contento, deseando que me llamen para quitarme el temblor de la otra mano”, asegura. 

El 16 de noviembre, este paciente ingresaba en la sala de resonancia en la que se ubica el HIFU. Cuando salió de la sala no se lo creía, cuenta Elvira, su mujer. “Ha sido un cambio radical y estamos los dos muy contentos. Ya puede volver a comer solo y vivimos con otra tranquilidad”, concluye.

El Reina Sofía ya ha conseguido acabar con los temblores de 12 personas