domingo. 23.03.2025

Según la Sociedad Española de Oncología Médica, el parón de las consultas durante la primera ola y el miedo a ir al médico han provocado una reducción de un 25% de los diagnósticos de cáncer.

Una enfermedad para la que la detección temprana es vital. Según un artículo publicado por la revista The Lancet, entre los cánceres más afectados por estos retrasos están los que mayores tasas de supervivencia tienen. Desde la Asociación Española Contra el Cáncer denuncian que el COVID ha ralentizado la investigación del cáncer, la única forma de acabar con la enfermedad.

Esta situación de pandemia hace que se seleccionen de manera muy cuidadosa los tratamientos que se administran, sopesando bien los riesgos y potenciales beneficios esperados de la administración del tratamiento oncológico. En algunos casos, es necesario iniciarlos o continuarlos, a pesar del riesgo de infección COVID-19. Sin embargo, en estos casos, su oncólogo intentará reducir al máximo el riesgo de inmunosupresión ajustando los esquemas de tratamiento o ayudándose con tratamiento de soporte, así como extremando las medidas de aislamiento social e higiene. En algunos casos, podrán modificarse las frecuencias de algunos tratamientos de soporte (zolendronato, denosumab...) y es posible que algunos tratamientos se suspendan temporalmente o cambien su agenda de hospital de día con el fin de minimizar riesgos.

Aunque de forma global se está intentando minimizar los procedimientos y visitas hospitalarias, se están manteniendo aquellos que se considera imprescindibles o prioritarios.

Se están estableciendo diversos protocolos que clasifican la prioridad de los distintos procedimientos, ya sean diagnósticos o terapéuticos, en los que se estima el tiempo de retraso aceptable que no se asociaría con un impacto negativo en la evolución de los pacientes. De acuerdo a estos protocolos, se intentará garantizar la realización de todo procedimiento que así lo requiera, para mantener la atención médica esencial.

Por todo esto, los comités de tumores, aunque de forma telemática, siguen funcionando.

Los diagnósticos de cáncer se reducen en un 25% durante la pandemia