viernes. 29.03.2024

El Hospital Gregorio Marañón atiende a cinco de los niños enfermos de cáncer que han sido acogidos en los hospitales de la Comunidad de Madrid tras abandonar Ucrania. Cuatro de ellos están recibiendo atención ambulatoria, pero el otro, Diomid, ha tenido que quedarse ingresado en la Unidad de Oncohematología Pediátrica con tan solo tres años. 

 

Diomid libra otra guerra muy distinta a la que hay en su país. Padece inmunodeficiencia combinada severa y ha tenido que recibir un trasplante de médula. Debe estar ingresado en el hospital debido a que necesita altas dosis de medicación inmunosupresora que podrían derivar en numerosas complicaciones de las que se requiere asistencia médica.

 

Sus padres, su hermana y Diomid abandonaron Kiev, ciudad a la que tenían que acudir para recibir el tratamiento, tras estar refugiados en el sótano del hospital durante seis días y la recomendación de los oncólogos de que salieran del país ya que no podían realizarle a Diomid los tratamientos que necesitaba. 

 

Una ONG organizó la salida de Ucrania de los niños en un estado más grave. Llegaron a Madrid en un avión militar y la Consejería de Sanidad dispuso cuatro hospitales para que se hicieran cargo de todos los niños. En concreto el Hospital Gregorio Marañón, organizó un circuito para realizar todas las pruebas necesarias y hacer una valoración del estado de cada uno de los pequeños.

Diomid se encuentra ingresado en una situación estable y se le siguen realizando pruebas para que su situación mejore. Su estado de ánimo es bueno, incluso ha aprendido a decir “hola” y “adiós” en español.



 

Desde un sótano del hospital de Kiev a Madrid: Las guerras de Diomid