viernes. 29.03.2024

Científicos de la Universidad de Yale (EE UU) han mostrado en una reciente investigación cómo funcionan las bases neurológicas del estrés dentro del cerebro humano y en qué parte se esconden para intentar trazar así los vínculos del estrés con el hipocampo, la región del cerebro que ayuda a regular la memoria, el aprendizaje o la orientación espacial.

En un estudio publicado en la revista Nature Communications, los investigadores reclutaron a 60 adultos sanos y les mostraron una serie de imágenes amenazantes diseñadas especialmente para producir una forma de respuesta al estrés —en forma de ira, asco, miedo o tristeza—, que se alternaban con otras escenas neutrales para ayudar a los sujetos a relajarse.

Durante este experimento se midió la actividad cerebral de los pacientes mediante imágenes de resonancia magnética funcional y fueron clasificados en función del estrés o la excitación que sentían frente a cada conjunto de imágenes.

Tras analizar los resultados, los científicos descubrieron que las personas que se sentían más estresadas tenían una mayor actividad que vinculaba el hipocampo con el hipotálamo, la corteza parahipocampal y la circunvolución temporal inferior. Para los investigadores, una mayor actividad equivale a mayores niveles de estrés, lo que ellos consideran dentro del experimento como un ejemplo de una red positiva.

Aquellas personas que, por el contrario, mostraron menos estrés durante el experimento presentaban una mayor actividad entre el hipocampo y la corteza prefrontal dorsolateral, la circunvolución poscentral y el cerebelo. Los científicos denominaron a esta red como negativa.

Según indican en declaraciones que recoge Sience Alert, este hallazgo sugiere "que las personas participaron en redes positivas y negativas de forma adaptativa para atenuar los sentimientos de estrés". Es decir, que los participantes "tenían una mayor conectividad con redes negativas, pero al mismo tiempo tenían una conectividad menor con redes positivas".

Para Rajita Sinha, investigador principal del estudio, este descubrimiento puede ayudar "a adaptar la intervención terapéutica a múltiples objetivos, como aumentar la fuerza de las conexiones desde el hipocampo a la corteza frontal o disminuir la señalización a los centros de estrés fisiológico".

Un grupo de científicos podrían haber descubierto en qué parte del cerebro se esconde...