sábado. 20.04.2024

Entre cinco y ocho segundos después de que una persona infectada tosa son los que tarda en propagarse la enfermedad según los investigadores del Instituto Indio de Tecnología de Bombay, en India. Han analizado cómo viajan las nubes de tos con COVID-19 en presencia y ausencia de mascarillas y han comprobado que son los primeros entre cinco y ocho segundos después de toser los que son cruciales.

Los investigadores se están centrando cada vez más en medir el tiempo en que las gotitas respiratorias que transportan el virus contaminan el aire después de que una persona infectada tosa.

Cómo evoluciona la 'nube de tos'

Los investigadores estiman el volumen de evolución de la nube de tos y cuantifican la reducción de su volumen en presencia de una mascarilla facial.

"Estimamos que este volumen de aire, puede ayudar a diseñar la ventilación de los espacios cerrados y, en consecuencia, reducir la propagación de la enfermedad", explica Amit Agrawal, uno de los autores. También examinaron la variación en la temperatura y la humedad en la nube de tos como el determinante que impacta en la distribución de las gotas en la nube.

Encontraron que son los primeros cinco a ocho segundos después de toser los relevantes para suspender las gotas exhaladas en el aire y, en consecuencia, para la propagación de la enfermedad. Después de ese tiempo, la nube de la tos generalmente comienza a dispersarse.

Cómo reduce el riesgo la mascarilla

Los científicos encontraron que el volumen de la nube sin máscarilla es aproximadamente siete veces más grande que con una máscarilla quirúrgica y 23 veces más grande que con una máscarilla N95. "Descubrimos que cualquier cosa que reduzca la distancia recorrida por la nube, como una máscara, un pañuelo o toser en un codo, debería reducir en gran medida la región sobre la que se dispersan las gotas al toser y, por lo tanto, las posibilidades de infección", señala Rajneesh Bhardwaj, autor del estudio.

Encontraron que la fuerza con la que una persona tose, afecta a la velocidad inicial y al volumen de toser, pero no afecta al volumen de la nube de la tos cuando la persona no usa una máscara, aunque el volumen inicial es muy importante para una persona que usa una mascara.

El volumen de una nube de tos varía como un cubo de la distancia total recorrida por la nube con la constante de proporcionalidad entre 1 y 150. Esta fórmula será útil para determinar el número máximo de personas que se pueden alojar en una sala de hospital y la velocidad mínima a la que se debe hacer circular el aire de una habitación, ascensor, sala de cine, automóvil, cabina de avión o restaurante para mantener la frescura y reducir la posibilidad de infección.

Un estudio afirma que la Covid se propaga entre los cinco y ocho segundos después de toser