jueves. 18.04.2024

Desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró como pandemia la enfermedad de la Covid-19, hace ya más de tres meses, han sido muchos los estudios y avances realizados en todo el mundo para encontrar posibles tratamientos, incluida la vacuna, para hacer frente al coronavirus.

Muchas de estas investigaciones han estado focalizadas en descubrir si algún medicamento ya existente podría valer contra este nuevo virus, ya que la Covid-19 no tiene un tratamiento específico. 

Según la OMS, hay pruebas que apuntan a que los ensayos debe centrarse en cuatro tipos: antiviral, antiinflamatorio, antitrombótico y con plasma convaleciente (extraído de la sangre de personas recuperadas de la enfermedad y que han desarrollado anticuerpos). En este marco destacan ensayos como el de la propia OMS, bautizado como Solidarity, y que busca y evalúa los tratamientos más prometedores, o el Recovery, del Reino Unido, que ha demostrado que la dexametasona puede ayudar a salvar la vida de los pacientes más graves, recuerda en un artículo la BBC.

Asimismo, en estos momentos hay un total de 17 vacunas candidatas contra la Covid-19 se encuentran en ensayos clínicos, pero todavía es incierto el tiempo que tardará hasta que alguna de ellas esté lista para ser utilizada a gran escala.

La dexametasona ha sido el primer medicamento que se ha demostrado que reduce la mortalidad hasta en un tercio en pacientes hospitalizados con complicaciones respiratorias graves de Covid-19 que necesitan ventilación mecánica. En España, el Ministerio de Sanidad ha incluido este fármaco en el listado de medicamentos esenciales para tratar la Covid-19. Este medicamento antiinflamatorio es uno sobre los que la comunidad científica tiene puestas sus esperanzas, ya que puede utilizarse en fases iniciales de la enfermedad.

El medicamento antiviral Remdesivir ha sido el último autorizado por la Comisión Europea para su comercialización en Europa. Este fármaco, utilizado contra el ébola, se ha convertido en protagonista en la última semana después de que EE UU —el país más afectado por la pandemia— anunciara la compra de casi todas las existencias de este medicamento de la farmacéutica estadounidense Gilead Sciences.

El Remdesivir es una terapia experimental que empezó a desarrollarse en 2009 y se puso a prueba con pacientes del ébola a mediados de la década pasada, y se ha autorizado de emergencia para el coronavirus SARS-CoV-2 porque un ensayo clínico estadounidense mostró que ese fármaco acorta el tiempo de recuperación en algunos pacientes (once días de hospitalización en pacientes que recibieron ese fármaco, frente a 15 en el resto de casos), pero su uso está indicado solo en casos críticos y no hay pruebas de que reduzca la mortalidad.

"El mejor escenario para utilizar este fármaco es en aquellos pacientes que necesitan oxígeno pero no están tan graves como para ingresar en una UCI", precisaba a finales de junio Vicente Estrada, investigador principal del proyecto internacional Solidarity en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, el centro que coordina a nivel nacional este estudio.

El estado de las vacunas y tratamientos contra la COVID-19 en todo el mundo