Las principales características del test para detectar el virus causado por el SARS-CoV-2 son su rapidez, autonomía y condición portátil. Todas ellas auguran el éxito del trabajo desarrollado por el Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas del Centro de Investigaciones Científicas, correspondiente a las siglas CIB-CSIC. La bióloga Luisa María Botella lidera el proyecto.
"Lo ideal sería que se pudiera implementar en centros de salud, hospitales y sitios de grandes aforos como aeropuertos, universidades o espectáculos", pues "en segundos" se podría decidir si una persona está contagiada o no y, por tanto, permitirle o no el acceso, explica la investigadora a 20minutos.
Estas pioneras pruebas tendrán una fiabilidad del 99% y serán las más sensibles disponibles en el mercado (las serologías actuales rondan en torno al 65%). Esta precisión se conseguirá con una muestra de saliva, que será depositada sobre un biosensor portátil de grafeno y ofrecerá un resultado cualitativo.
La científica Luisa Botella avanza que el prototipo de este test, un proyecto que se fragua a petición de la Universidad de Granada, está previsto para "finales de septiembre o principios de octubre" y, una vez patentado por el centro andaluz, su comercialización se espera para "enero de 2021", aunque "ojalá pueda ser antes".