jueves. 28.03.2024

Los rastreadores son los nuevos detectives del coronavirus, puesto que ellos son profesionales sanitarios encargados de buscar a los contactos estrechos de los casos que han dado positivo para evitar una mayor expansión de la Covid-19.

El principal elemento de estos rastreadores durante su jornada laboral son los cascos telefónicos con los que detienen el coronavirus.

La mayoría de estos trabajadores son enfermeros que han estado en primera línea en los peores meses de la Covid-19 en España, y se caracterizan porque son jóvenes recién graduados, de entre 21 y 23 años.

Aseguran que tienen "una gran responsabilidad, pero el trabajo depende sobre todo de la colaboración ciudadana". Pese a ser tan jóvenes, estos rastreadores son conscientes de la responsabilidad que tienen en su trabajo.

"A veces, algún compañero me dice que está angustiado por si se nos escapa un contacto que esté infectado, pero yo intento rebajar la angustia porque llegamos hasta donde llegamos y nuestro trabajo depende muchísimo de la colaboración ciudadana", asegura Ester Amores, enfermera especializada de Atención Primaria y responsable del equipo de rastreadores del área sanitaria de Ciudad Real, al medio de comunicación La Vanguardia.

El trabajo del rastreador

Los profesionales de este ámbito trabajan dentro de los centros de salud y de los hospitales y todos los equipos cuentan con un jefe o supervisor que en cada turno organiza la vigilancia de acuerdo a la información que les llega cada mañana a las direcciones de cada área sanitaria, a través de un programa informático compartido, según ha publicado La Vanguardia.

Todas las mañanas reciben la información en las áreas sanitarias sobre los casos positivos en coronavirus, y los infectados son seguidos por el médico. Según informa Ester Amores, "los positivos son de los facultativos exclusivamente. Nosotros solo nos comunicamos con ellos para que nos faciliten los contactos estrechos de las últimas 48 horas, porque es el tiempo que se considera efectivo, que la gente recuerda bien lo que ha hecho y con quién”.

Los contactos estrechos se denomina a cualquier persona que haya estado en el mismo lugar que un caso positivo, a una distancia menor de 2 metros y con una duración de más de 15 minutos y los que en un vehículo como en avión o tren se hayan sentado en un radio de dos asientos del caso positivo.

Los positivos dan aproximadamente ocho nombres, y hay casos en los que facilitan el nombre y el teléfono de las personas con las que ha estado, pero en otros casos no es así, por lo que es más difícil la búsqueda. "Hay veces que, si es en el ámbito laboral, pues no saben los apellidos del compañero ni el teléfono. Entonces llamas a la empresa y, en ocasiones, pues se ponen bordes y no quieren ayudar porque tienen miedo de que les cierren”.

Al identificar los contactos estrechos, el rastreador del seguimiento le informa a la persona de lo que tiene que hacer, de cómo debe aislarse en casa y llamar de tres a cuatros veces para ver como evoluciona.

Según Amores, "la última llamada, la del fin del aislamiento, es la de la felicidad. Es la alegría por la vuelta a la nueva normalidad, que muchos nos quejamos pero es infinitamente mejor que estar en casa".

¿Cómo es el trabajo de los rastreadores del coronavirus?