viernes. 29.03.2024

Si eres andaluz o alguna vez has tenido el privilegio de viajar al sur seguro que no has dudado en degustar la gastronomía andaluza. Si paramos en Córdoba el plato estrella es el flamenquín. Carne de cerdo, jamón, huevo, pan rallado y aceite de oliva virgen extra. Aún se desconoce si su origen andaluz pertenece a Córdoba o Andújar. Es cierto que ambos disponen de la misma receta y el mismo manjar.

Actualmente, la hostelería se enfrenta a una generación ‘realfooder’ en la que los consumidores dejan de lado los platos estrellas del lugar reemplazándolos por una pechuga de pollo a la plancha, un sándwich o un arroz blanco.  Es por ello, que la Cátedra de Gastronomía de Andalucía de la Universidad de Córdoba en colaboración con la Academia Andaluza de Gastronomía y Turismo y la Academia de Gastronomía de Córdoba ha realizado un estudio del flamenquín por partes.

Esta investigación tiene como objetivo analizar el flamenquín de manera científica e histórica, y su objetivo básico es brindar apoyo al comercio y al turismo, evitando la pérdida de su esencia gastronómica. Además, este majar se considera una receta saludable, aunque tiene su mayor grado de dependencia para serlo en el cómo se cocine, así lo ha explicado Rafael Moreno, director de la Cátedra de Gastronomía de Andalucía.

La realidad es que debido a ser un producto frito su fama ha ido decayendo. Por ello si a la hora de freír se utiliza aceite de oliva virgen extra a 170 grados, la absorción de aceite de un flamenquín está solo en torno al 1’5 por ciento. Una cantidad, señala Moreno, “muy baja”. Otro factor, que lleva a que el flamenquín sea más saludables es su tamaño, cuanto más grueso menos aceite capta. Lo mismo ocurre con su rebozado. “Es una cobertura muy fina. Apenas el pan rallado que se adhiere al huevo”, explica Moreno que considera, incluso, que platos andaluces como el flamenquín podrían adaptarse a dieta médicas o dietistas.

El flamenquín, un plato nutricionalmente saludable y que podría adaptarse a dietas médicas