Adoptar una alimentación saludable como la dieta MIND puede reducir de forma significativa el riesgo de padecer demencia, incluso si se comienza en la mediana edad o después. Así lo demuestra un reciente análisis científico realizado por investigadores de la Universidad de Hawái, quienes evaluaron los hábitos dietéticos de más de 90.000 personas en EE.UU. durante varias décadas.
¿Qué es la dieta MIND y cómo ayuda a prevenir el Alzheimer?
La dieta MIND (acrónimo en inglés de Mediterranean-DASH Intervention for Neurodegenerative Delay) fue diseñada por la reconocida epidemióloga nutricional Martha Clare Morris, de la Universidad Rush. Este plan alimenticio combina lo mejor de la dieta mediterránea y la dieta DASH, ambas reconocidas por sus beneficios cardiovasculares y neurológicos.
Entre los alimentos clave de la dieta MIND se encuentran:
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Verduras de hoja verde (como espinacas o acelgas)
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Frutas del bosque (como arándanos y fresas)
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Frutos secos
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Pescado
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Aceite de oliva
Estos componentes no solo mejoran la salud del cerebro, sino que también ayudan a combatir la hipertensión, un factor de riesgo conocido para el deterioro cognitivo.
Cambiar la dieta en cualquier etapa de la vida reduce el riesgo de demencia
El estudio, presentado en la reunión anual de la Sociedad Americana de Nutrición (ASN) en Orlando, Florida, reveló que las personas que mejoraron su adherencia a la dieta MIND con el tiempo redujeron su riesgo de demencia hasta en un 25%. Este efecto protector se observó incluso entre quienes inicialmente no seguían una alimentación saludable.
Además, aquellos con una puntuación alta en seguimiento de la dieta MIND al inicio del estudio mostraron una reducción general del 9% en el riesgo de desarrollar Alzheimer u otras demencias relacionadas. La cifra ascendió al 13% en subgrupos raciales como afroamericanos, latinos y personas blancas.
“Nuestros hallazgos confirman que seguir patrones alimentarios saludables en la mediana edad o en etapas posteriores puede prevenir el Alzheimer y otros tipos de demencia”, señaló la Dra. Song-Yi Park, investigadora principal y profesora asociada de la Universidad de Hawái en Manoa.
Impacto en distintos grupos raciales y de edad
La investigación incluyó adultos de entre 45 y 75 años, quienes comenzaron a aportar datos sobre su dieta en la década de 1990. A lo largo del tiempo, más de 21.000 de ellos desarrollaron algún tipo de demencia. Sin embargo, la mejora en los hábitos alimenticios —especialmente el aumento de alimentos “pro-cerebro”— se tradujo en una menor incidencia de estos trastornos neurodegenerativos.
No obstante, el estudio detectó que la relación entre dieta saludable y menor riesgo de demencia no fue tan clara entre personas asiático-americanas y nativos hawaianos, lo que, según Park, puede deberse a diferencias culturales y alimenticias que requieren una evaluación más personalizada. Por ello, sugiere que futuras investigaciones deberían contemplar estrategias más adaptadas a cada subgrupo.
Conclusión: nunca es tarde para empezar a cuidar el cerebro con la alimentación
Los resultados del estudio respaldan una afirmación crucial: no importa la edad, nunca es demasiado tarde para comenzar una dieta saludable para el cerebro. Mejorar los hábitos alimenticios en cualquier momento de la vida puede tener un impacto tangible en la salud cognitiva y ayudar a prevenir enfermedades como el Alzheimer.
Así, la dieta MIND se consolida como una herramienta poderosa y accesible para proteger la memoria y la función cerebral, ofreciendo esperanza a millones de personas en todo el mundo que buscan en la nutrición una forma efectiva de vivir más y mejor.