Cada 21 de junio se celebra el Día Mundial de la lucha contra la ELA. La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad neurodegenerativa que afecta a cinco de cada 100.000 personas en el mundo y a más de 3.000 personas en España. Pese a su poca prevalencia, se considera un importante problema de salud por la gravedad de sus síntomas y por el sufrimiento que genera en los pacientes y familiares.
Son varias asociaciones de pacientes las que se vuelcan cada año para concienciar a la población sobre esta enfermedad y exigir más investigación para aumentar la calidad de vida en los pacientes y familiares que sufren esta enfermedad. Las causas de la ELA se desconocen, lo único que está demostrado es que viene derivada por factores genéticos y ambientales.
Desde la Fundación Luzón explican que ciertos estudios apuntan que la exposición a pesticidas, a metales y a ciertos contaminantes atmosféricos puede incrementar el riesgo de padecer ELA, así como también la ubicación geográfica.
Del mismo modo, tampoco hay unos síntomas determinados todo depende de cada persona y son las que dificultan la detención precoz de la enfermedad, ya que se camuflan e incluso puede llegar a crear confusiones con otras enfermedades. Los síntomas más comunes son: tropezones, debilidad muscular, alteración del lenguaje, dificultad para respirar.
La edad media de inicio de la enfermedad es a partir de los 50 años, aunque existen casos precoces. Después, la progresión de la enfermedad puede durar entre dos y cinco años, aunque hay algunos casos en los que la supervivencia es mayor.
La desesperación está en que aún no existe cura contra la ELA. Por ello, cada 21 de junio se pide una mayor investigación para esta enfermedad que cada vez afecta más a la población.