martes. 23.04.2024

El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM) y la Fundación del Lesionado Medular (FLM) han alertado de que cerca del 6 por ciento de las lesiones medulares se producen por zambullidas imprudentes, especialmente, entre menores de 30 años y durante los meses de julio y agosto.

"Muchas personas, por desconocimiento, se lanzan al agua desde alturas, ya sea un trampolín o una roca elevada, pensando que no hay riesgo. Pero ese riesgo existe y es grande; sobre todo, para quien no tiene una preparación previa. Puede zambullirse en una zona sin la profundidad adecuada o hacerlo de un modo incorrecto, provocando una lesión", ha dicho la decana del CPFCM, Aurora Araújo.

Y es que, tal y como ha detallado la directora gerente de la Fundación del Lesionado Medular, Susana Martín, los jóvenes no son conscientes del peligro que supone y del número de casos que, cada época estival, llegan a los hospitales de referencia. "Desde la Federación Nacional ASPAYM se hace, todos los años, una campaña sobre este tema, pero es importante que los profesionales también tomen partido en concienciar a la población de este riesgo", ha comentado.

Por todo ello, los expertos han aconsejado no lanzarse al agua desde una altura elevada y, ni siquiera, de un trampolín, si la persona no tiene el entrenamiento necesario tras haber pasado por una escuela de natación que cuente con esa formación específica.

"No hay que tirarse al agua en zonas en las que se desconozca su profundidad o donde haya podido variar, como ocurre muchas veces en playas, ríos y pantanos, de manera que esa persona puede dañarse al chocar contra la masa de agua o contra la arena del fondo. Tampoco hacerlo en un lugar con aguas turbias, que impidan ver el fondo, ni lanzarse nunca si hay escasa profundidad", han aseverado.

De hecho, los daños del impacto pueden ser muy graves, con lesiones irreversibles en los peores casos, que solo tienen un tratamiento paliativo. Por eso, hay que entrar en el agua con cuidado y de forma progresiva, caminando. Incluso, hay peligro si una persona se adentra corriendo en el agua y se lanza de cabeza contra una ola. Este impacto sobre la cabeza puede provocar una lesión vertebral y dañar la médula.

En este sentido, los fisioterapeutas han aconsejado que hay que saltar al agua con los brazos extendidos, para que protejan la cabeza y el cuello. De este modo, en caso de impacto, los brazos irán por delante de la cabeza, evitando un mal gesto del cuello que puede generar problemas cervicales.

Si ocurre un accidente por una mala zambullida, hay que sacar a la persona del agua con "sumo cuidado" y ponerla en una superficie rígida. Es muy importante mover el cuerpo en bloque en todo momento para evitar lesiones a nivel de cuello/columna. Además, hay que comprobar que esa persona puede respirar y, si no es así, intentar liberar su vía aérea, cerciorándose de que no haya nada en la boca que obstruya la vía aérea, sin mover el cuello o la cabeza, y esperar la llegada de una ambulancia.

Cuidado con saltar al agua: el 6% de lesiones medulares se deben a zambullidas imprudentes