martes. 16.04.2024

El estudio, publicado en la revista científica 'eLife', proporciona detalles sin precedentes sobre cómo pueden propagarse las infecciones en un contexto hospitalario, mostrando que una minoría de individuos puede causar la mayor parte de la transmisión.

Los investigadores analizaron los datos de la primera oleada de la pandemia, entre marzo y junio de 2020. Aunque se hace un gran esfuerzo para evitar la propagación de los virus dentro del hospital manteniendo separados a los individuos infectados y no infectados, esta tarea se hace más difícil en los momentos en que el número de infecciones es elevado. El alto nivel de transmisibilidad del virus y la posibilidad de que los individuos infectados sean asintomáticos hacen que esta tarea sea especialmente difícil.

Al examinar los datos de la primera oleada, los investigadores identificaron cinco salas del Hospital de Addenbrooke, perteneciente a la Fundación de Hospitales Universitarios de Cambridge, en las que varios individuos, entre ellos pacientes y trabajadores sanitarios, dieron positivo en la prueba de COVID-19 en un breve espacio de tiempo, lo que sugiere que podría haberse producido un brote local.

Mediante el uso de nuevos métodos estadísticos que combinan los datos de la secuencia del genoma viral con la información clínica sobre la ubicación de los individuos, los investigadores identificaron los casos en los que los datos eran consistentes con la transmisión ocurrida entre individuos en el hospital. El examen detallado de estos casos de transmisión puso de manifiesto la existencia de patrones en los datos.

Los resultados del estudio mostraron que los pacientes que se infectaron en el hospital lo hicieron en su mayoría a través de otros pacientes, y no del personal del hospital. De los 22 casos en los que los pacientes se infectaron en el hospital, 20 fueron el resultado de la propagación del virus de los pacientes a otros pacientes.

"El hecho de que la gran mayoría de las infecciones se produjeran entre pacientes sugiere que las medidas adoptadas por el personal del hospital para evitar que el personal transmitiera el virus a los pacientes, como el uso de mascarillas, probablemente fueron eficaces. Pero también pone de manifiesto por qué es importante que los propios pacientes se sometan a pruebas de detección de COVID-19 con regularidad, incluso si son asintomáticos, y que usen mascarillas siempre que sea posible", explica el doctor Chris Illingworth, autor principal del estudio.

El estudio encontró resultados contrastados entre los trabajadores sanitarios, que tenían casi la misma probabilidad de ser infectados por los pacientes que por otros trabajadores sanitarios. Esta fue una de las pruebas que motivó la decisión de mejorar la protección respiratoria que llevan los trabajadores sanitarios en las salas COVID-19 del hospital. Un estudio reciente de Cambridge indicó que esto dio lugar a que el personal estuviera mejor protegido contra el contagio de COVID-19.
Los investigadores también descubrieron una tendencia a que los individuos no infecten a nadie más o infecten a varias personas: algo más de una quinta parte de los pacientes (21%) causaron el 80 por ciento de las infecciones. Este fenómeno se denomina a veces "superdifusión" y puede dificultar mucho el control de la infección. La cuestión de si se puede identificar de antemano a un individuo como más o menos propenso a transmitir el virus es un tema de investigación en curso.

 

La mayoría de los pacientes que contraen COVID-19 en el hospital lo hacen a través de...