viernes. 19.04.2024

El cáncer de células escamosas es el segundo cáncer de piel más frecuente. En un porcentaje de pacientes este cáncer es recurrente, o bien, genera metástasis. En esos casos el tratamiento con quimioterapia y/o radioterapia tiene una respuesta muy limitada. Estudios realizados por el grupo de la Dra. Muñoz, del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), en colaboración con investigadores del ProCURE del Instituto Catalan de Oncologia (ICO), del Barcelona Supercomputing Center (BSC) e investigadores clínicos del ICO y del Hospital Universitario de Bellvitge, han demostrado que la vía de señalización de EGFR controla el crecimiento de los carcinomas de piel en estadios iniciales de progresión.

Se han realizado ensayos clínicos que previamente mostraron que solo la mitad de los pacientes con carcinomas escamosos de piel responden eficazmente a los inhibidores de EGFR, pero se desconocía porque el resto de los pacientes no respondían al tratamiento o desarrollaban resistencia a estos inhibidores. Para estudiar los mecanismos moleculares responsables de esta resistencia e identificar terapias alternativas, el grupo de la Dra. Muñoz ha utilizado dos modelos experimentales. Por un lado, se han establecido cultivos celulares primarios, para estudiar el crecimiento in vitro de células tumorales derivadas de pacientes. Y por otro, se han generado modelos animales a los cuales se les ha implantado una biopsia del tumor original del paciente.

Ambos modelos se sometieron a tratamiento con inhibidores de EGFR. En estos estudios, publicados en la revista Clinical Cancer Research se demostró que los inhibidores de EGFR bloquean el crecimiento de carcinomas de piel en estadios tempranos, aunque estos acaban desarrollando resistencia tras un tratamiento prolongado con estos fármacos. Mientras que los carcinomas avanzados, y aquellos que tienen mutaciones en PI3KCA, no responden a esta terapia desde el principio.

La comparación de la expresión de genes en tumores sensibles y resistentes a inhibidores de EGFR reveló que las células tumorales activan una vía alternativa (FGFR) que les permite seguir creciendo bajo la inhibición de la vía de EGFR, dando lugar a la aparición de resistencia. El estudio pone en evidencia que el tratamiento combinado con dos fármacos, que bloquean las dos vías de señalización celular paralelas, podría suponer una ventaja para aquellos pacientes que han dejado de responder al tratamiento. Esta terapia combinada podría ser además una alternativa para otros tipos de cáncer, como tumores de cabeza y cuello.

La Dra. Muñoz indica que “descifrar los mecanismos moleculares implicados en la adquisición de resistencias a estos tratamientos nos ha permitido proponer la doble terapia, atacando dos dianas distintas para evadir las resistencias”. Y añade, “además, ahora sabemos, que los carcinomas que presentan la mutación en el gen PIK3CA, o han perdido las características epiteliales y la actividad de la vía de EGFR, no van a responder al tratamiento, lo que nos permite adelantarnos, y evitar tratamientos innecesarios”.

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