viernes. 29.03.2024

La Asociación Española de Urología denuncia que la COVID-19 ha frenado el diagnóstico y el tratamiento de la incontinencia urinaria, siendo las personas mayores y frágiles las más afectadas.

Con motivo del Día Internacional de la Incontinencia Urinaria, que se conmemora este domingo, la Asociación Española de Urología ha denunciado que la pandemia por COVID-19 ha obligado a cancelar al principio, y reprogramar después, las cirugías urológicas y, además, se ha frenado el diagnóstico y el tratamiento de la incontinencia urinaria.

En concreto, el paciente con incontinencia urinaria más perjudicado por la crisis sanitaria es aquel de mayor edad, apunta el presidente de la AEU, Manuel Esteban. "El paciente más perjudicado por la pandemia COVID es el paciente mayor o frágil, al que se le ha prestado, mediante consulta telemática, apoyo emocional, se ha formado en cuanto a medidas higiénico-dietéticas o se han evaluado cambios de horario en la toma de medicaciones para, de esa forma, mejorar significativamente su calidad de vida", asegura Esteban.

Además, en los últimos meses, "los trasplantes renales, cirugías oncológicas, o técnicas quirúrgicas para el tratamiento de la incontinencia de esfuerzo han disminuido en toda España a consecuencia del parón obligado por la alerta sanitaria", señala el especialista. Asimismo, apunta que, además de la incontinencia, se ha visto afectado el diagnóstico y tratamiento en urología funcional de patologías como el prolapso de suelo pélvico, o los trastornos urológicos de la infancia.

En concreto, la pandemia ha estimulado un giro hacia el establecimiento de protocolos de consulta telemática. En este sentido, la asociación ha llevado a cabo webinars formativos para extender la consulta telemática a los diferentes hospitales de las 17 comunidades autónomas. "La mayoría de las consultas acerca de incontinencia urinaria son telemáticas", subraya Esteban.

"Se ha avanzado mucho en cuanto a plataformas de imagen por si es necesario realizar una exploración, para establecer un contacto visual con el paciente además de hablar con él, y poder así tomar decisiones al menos en primera instancia". Además, se han establecido perfiles de pacientes con una clasificación por prioridades, que consiguen que la persona pueda consultar con seguridad, evitando así consultas presenciales y riesgo de contagios, y permitiendo la programación de tratamientos individualizados.

"La incontinencia urinaria conlleva problemas importantes de calidad de vida; lo sufren muchas personas de nuestro entorno, y los pacientes lo ocultan por vergüenza", afirma el citado especialista, que añade que en estos últimos años han aumentado los diagnósticos.

Además, informa de que existen actualmente varios proyectos para el desarrollo de materiales protésicos y técnicas quirúrgicas con mayor biocompatibilidad, y continúa la investigación para encontrar nuevos fármacos y asociaciones farmacológicas que permitan obtener mejores resultados terapéuticos.

La incontinencia urinaria es, además, uno de los efectos secundarios que más afectan a la calidad de vida de los varones sometidos a cirugía prostatectomía radical. De hecho, ocho de cada diez pacientes la presentan como efecto adverso tras esta intervención, de acuerdo con los resultados de la encuesta `La incontinencia urinaria post-cirugía prostática¿, desarrollada por Essity. Ante la incertidumbre en el manejo diagnóstico y terapéutico, la AEU ha elaborado un protocolo de actuación y recomendaciones de práctica clínica.

Asimismo, la asociación advierte de que la población general desconoce el impacto de la incontinencia urinaria. Además, explica que la vejiga es un órgano con capacidad limitada, que tiene una fase de llenado y una de vaciamiento. Así, el doctor Esteban indica que aspectos importantes en la prevención son "educar la vejiga desde la infancia, evitar la sobredistensión vesical, y hacer campañas para el entrenamiento de la musculatura del suelo pélvico sobre todo en el embarazo y después del parto, fundamental para prevenir la incontinencia urinaria de esfuerzo en la mujer".

También son importantes las actividades destinadas a mostrar los problemas de incontinencia que surgen después de las cirugías prostáticas en el varón, así como informar a la población sobre los factores desencadenantes, tales como la obesidad, una mala dieta, o la falta de cuidado de la vejiga.

En este sentido, Esteban reconoce que hay pendiente "un trabajo importante de difusión del conocimiento a la población en general para que adquiera unos hábitos higiénico-dietéticos saludables que prevengan la incontinencia urinaria".

En este contexto, informa de que la incontinencia urinaria puede clasificarse en función de su grado (leve, moderada, severa), así como por su causa, diferenciando dos grandes tipos: la originada por una pérdida de control en la contracción de la vejiga (vejiga hiperactiva), cuyo tratamiento es farmacológico, y la incontinencia urinaria de esfuerzo, que es aquella en la que fracasa la anatomía y debe ser restituida con cirugía.

Según el presidente de la AEU, es crucial que los pacientes conozcan los tratamientos complementarios que permiten ayudar a vaciar la vejiga con el uso de diversos materiales o sondas, así como los diferentes productos absorbentes que existen, los cuales "cada vez son de mayor calidad y con más diseño anatómico, y ayudan tanto a mujeres como a varones", concluye.

El 14 de marzo, Día internacional de la incontinencia urinaria