Tras muchos años de abandono y con la ayuda de una importante inversión de la Junta de Andalucía, el Castillo de la localidad cordobesa de Belalcázar vuelve a permitir sus visitas.
Han sido siglos de expolio y daños lo que ha experimentado tan preciado monumento aunque al fin los vecinos del municipio ven cumplido su sueño, que se abra para visitas al público.
Los arqueólogos encargados de la rehabilitación aún continúan con sus tareas de remodelación pero ya ofertan visitas guiadas del entorno, sus murallas circundantes y las 8 torres que lo componen.
Como parte de los trabajos de restauración, están pendientes la iluminación y la consolidación de las vías de acceso al mismo, además del patio de armas y las 27 torres que componían las murallas protectoras de la fortificación.
Como parte identificatoria propia de este castillo cabe destacar que la torre del homenaje, que tiene casi 50 metros de altura, es la única de sus características en España. El monumento no fue siempre concebido como fortificación sino más bien como residencia, en el s. IX, para los señores feudales, la familia Zúñiga y Sotomayor.
El castillo era en origen un palacio ostentoso que servía como arma disuasoria para el resto de feudos de los alrededores y así generar envidia y recelo hacia los Zúñiga y Sotomayor.
