A lo largo de diversas generaciones, los residentes de las áreas costeras han demostrado su pericia en la edificación y preservación de diques y barreras naturales, resguardando sus tierras contra inundaciones y la erosión. Aquellos que dependen de la agricultura han adoptado la estrategia de seleccionar cultivos resistentes a la sequía, adaptándolos a las condiciones climáticas locales. Estos saberes autóctonos constituyen el fundamento de una nueva investigación respaldada por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), vinculado a la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte, con el objetivo de desarrollar tácticas para mitigar los efectos adversos resultantes del cambio climático.
En este sentido, el organismo está compilando un registro del patrimonio inmaterial asociado a los paisajes históricos culturales y urbanos de Andalucía. En dicho inventario, se entrelazan conocimientos y prácticas tradicionales con valores compartidos de sostenibilidad y biodiversidad. Entre los elementos registrados se incluyen saberes vinculados a la pesca sostenible, la gestión del bosque mediterráneo, la recolección de corcho, la apicultura y la producción y uso de la cal y el carbón vegetal. También se documentan prácticas como la trashumancia, la selección de razas de animales adaptadas a condiciones climáticas extremas y la gestión sostenible del pastoreo, junto con técnicas constructivas tradicionales como los balates de piedra seca para optimizar el cultivo en terrazas.
El propósito de identificar estas experiencias compartidas es preservar los paisajes culturales más emblemáticos de Andalucía, proporcionando soluciones para su adaptación ante los perjuicios ocasionados por el cambio climático. Tras la identificación, se evaluará el potencial de los conocimientos tradicionales para contrarrestar los efectos negativos del cambio climático. De esta manera, estos saberes y prácticas se erigirán como los principales guardianes de lugares con un valor cultural y ecológico destacado.
Dentro de este inventario, se destacan paisajes culturales como el Molinero del Barranco de Huebro en Níjar (Almería), el Molinero de Patrite (Cádiz), el vitivinícola de Montilla (Córdoba), el de Guadix y Purullena (Granada), el pesquero de Isla Cristina (Huelva), el Agrario de Pegalajar (Jaén), el del Agua de El Chorro (Málaga) o el Calero de Morón (Sevilla).
La investigación 'Paisajes Culturales, Conocimientos Tradicionales y Cambio Climático' (PACTO) está liderada por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, con la colaboración de investigadores de las Universidades de Sevilla, Granada, Almería y Pablo de Olavide, así como de la Asociación Andaluza de Antropología (ASANA), Jarife, Thap Thap, LaOficina Cultural y la Asociación Cultural Hornos de la Cal de Morón (Sevilla). Este proyecto cuenta con el respaldo financiero de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, mediante una convocatoria en régimen de concurrencia competitiva para proyectos que contribuyan a implementar el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2021-2030.