lunes. 21.04.2025

A pesar del paso de los años y los avances tecnológicos, casi un centenar de líneas de término entre municipios cordobeses siguen sin resolverse. La provincia arrastra 94 desacuerdos limítrofes que, en muchos casos, datan del siglo XIX. Una situación que no es exclusiva de Córdoba: en toda Andalucía se superan las mil líneas en disputa, según datos recientes del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA).

Esta realidad no solo afecta a la planificación urbana o la administración de recursos, sino que puede generar conflictos entre municipios y dejar en el limbo a propietarios que descubren, al solicitar una licencia, que su terreno no está adscrito con claridad a ningún ayuntamiento.

Tecnología del siglo XIX, problemas del siglo XXI

Buena parte de estos límites fueron trazados por brigadas del Instituto Geográfico Nacional hace más de 140 años. Utilizando croquis minuciosos y descripciones muy literales, los topógrafos marcaron los términos municipales con lo mejor que tenían a su alcance. Pero cuando no existían documentos previos que respaldaran esos trazados, los ayuntamientos rara vez alcanzaban un consenso. La solución fue entonces establecer líneas provisionales, sin validez jurídica pero necesarias para poner en marcha catastros o cobrar impuestos.

Hoy en día, muchas de estas fronteras improvisadas siguen vigentes. Solo se descubre su provisionalidad cuando surgen conflictos o incoherencias administrativas.

Una actualización que avanza a paso lento

Hace ya dos décadas, la Junta de Andalucía emprendió una tarea ambiciosa: replantear todas las líneas municipales con tecnología GPS. Sin embargo, el avance ha sido lento. En Córdoba, solo 69 de las 291 líneas existentes han sido replanteadas oficialmente —apenas un 23%—. Es decir, todavía hay 222 líneas pendientes de revisión.

Por ahora, únicamente siete municipios cordobeses cuentan con límites definitivos trazados con precisión milimétrica: Montilla, La Carlota, Fernán Núñez, La Victoria, Montemayor, Monturque y San Sebastián de los Ballesteros. Los técnicos encargados de estos trabajos, pertenecientes al Instituto de Cartografía, se apoyan en las coordenadas registradas en el siglo XIX, respetándolas en su mayoría, a menos que se justifique un cambio.

Fuente Palmera vs Écija: un conflicto de siglos

Uno de los casos más conocidos es el litigio que enfrenta a Fuente Palmera con Écija por la titularidad de Cañada del Rabadán. Este núcleo, con raíces comunes a Fuente Palmera y Villar desde los tiempos de la repoblación impulsada por Carlos III, ha sido objeto de disputa durante décadas. Aunque los dos municipios han incluido la zona en sus respectivos planes urbanísticos —Écija en 2010 y Fuente Palmera ya en 1992—, la indefinición sigue presente.

El alcalde colono, Francisco Javier Ruiz (IU), planea presentar próximamente una propuesta formal de deslinde basada en documentación histórica y jurídica, con el objetivo de cerrar un capítulo que se ha prolongado demasiado tiempo.

Un pasado complejo: el caso de Dos Torres

La historia territorial de la provincia ofrece ejemplos únicos, como el de Dos Torres, una localidad surgida en 1839 de la fusión de Torrefranca y Torremilano. Ambas localidades acumulaban disputas limítrofes desde siglos atrás, marcadas por conflictos de jurisdicción entre el señorío de Santa Eufemia y la Corona.

Mientras Torrefranca fue un enclave de señorío, Torremilano mantuvo su carácter de realengo. Durante el siglo XV y posteriores, ambos enclaves vivieron tensiones constantes hasta su fusión definitiva. Un croquis hallado en un acta de 1871 deja constancia gráfica de aquel cambio administrativo.

Un visor para esclarecer el mapa territorial

Como parte del esfuerzo por transparentar y digitalizar la información territorial, el IECA ha lanzado un nuevo visor cartográfico interactivo. Esta herramienta permite consultar la información actualizada sobre límites municipales, así como capas históricas como ortofotos de los años 50 y 70, que son esenciales para verificar deslindes antiguos.

Entre sus novedades destaca la posibilidad de buscar por provincia, municipio o enclave, y acceder a los Puntos de Amojonamiento Auxiliares (PAX), fundamentales para ubicar con precisión los mojones históricos.

Este visor se integra con otras herramientas cartográficas de la Junta, facilitando una visualización clara y homogénea del territorio andaluz. En palabras del propio IECA, el objetivo es “consolidar líneas límite definitivas, con coordenadas precisas y contrastadas”, tarea que aún está lejos de completarse.

Obstáculos económicos y falta de planificación

Una de las grandes trabas para avanzar en este proceso es el coste económico. Pese a que la normativa urbanística andaluza obliga a los ayuntamientos a incorporar documentación precisa sobre sus límites, muchos municipios posponen estos trabajos por la carga que suponen para sus presupuestos.

Por este motivo, los avances más notorios se han dado en zonas donde los planes urbanísticos han sido actualizados recientemente o donde los conflictos territoriales se han reactivado tras años de silencio administrativo.

La compleja herencia de lindes municipales y fronteras provisionales en Córdoba