jueves. 25.04.2024

CCOO conmemora el Día Internacional del Migrante alertando sobre los riesgos ciertos y el peligro de retroceso de los avances alcanzados en Córdoba en materia de convivencia y garantía de los derechos de las personas. “Desgraciadamente, cada vez más y con más frecuencia se escuchan peligrosos discursos intencionados, incluso dentro de las instituciones en las que hay algunos representantes políticos de corte xenófobo y racista emitiendo proclamas en contra de las personas refugiadas y migrantes y llamando a penalizar la ayuda y la solidaridad”, lamenta el responsable de Migraciones de CCOO de Córdoba, Said Faz.

“Este incremento de la violencia verbal tiene como protagonistas a quienes intentan propagar ideologías y prácticas fascistas y populistas, para sembrar miedos e inseguridades individualizando en las personas migrantes como el enemigo a perseguir, ofender y echar. Muestra de ello es la criminalización que se está haciendo de los menores no acompañados”, remarca Faz quien critica que “cada vez más, las administraciones públicas dejan de lado sus responsabilidades en políticas de integración social”. Una responsabilidad que, en opinión del sindicato, debería ser afrontada por todas las instituciones, con una apuesta  decidida por políticas  integradoras impulsando órganos de participación como consejos de inmigración o foros provinciales.

Quienes achacan a las personas migrantes todos los males de la sociedad omiten que el cierre de fronteras ha tenido una consecuencia inmediata en la caída del número de llegada de inmigrantes y de solicitantes de asilo en nuestra provincia, por las medidas impuestas en países africanos para contener la epidemia, con fuertes restricciones a los movimientos de personas en cada país. De esta forma, del 30 de junio de 2019 a la misma fecha de 2020 el saldo migratorio ha sido de 1.316 personas, uno de los más bajos de los últimos años. Y cabe destacar que de las 32.509 personas de origen extranjero que vivían en Córdoba a fecha de 30 de junio, la mayoría, 25.137, provienen de países de la Unión Europea y se encuentran en Régimen de Libre Circulación. Fue precisamente este colectivo el que registró un mayor crecimiento, con 866 personas más que en la misma fecha del año pasado.

Por otra parte, se han ralentizado los trámites relacionados con la concesión de permisos de residencia o trabajo para inmigrantes, por falta de empleo y por el colapso de la Oficina de Extranjeros en Córdoba. “La situación en dicha Oficina se ha ido deteriorando por la gran demanda de personas usuarias y  requiere urgentes recursos materiales y humanos para salir del colapso. Resulta imposible obtener una cita de manera ordinaria, lo que está dando lugar a tensiones e inseguridad entre las personas migrantes en nuestra provincia ya que con una autorización caducada no pueden acceder a ningún tipo de ayudas por desempleo, asistenciales ni extraordinarias; tampoco pueden acceder a la Renta Mínima de Inserción ni al Ingreso Mínimo Vital, lo que agravó la situación de muchas familias inmigrantes”, subraya el responsable sindical.

Si la población inmigrante pasa dificultades, los inmigrantes ocupados en la economía sumergida se encuentran en una situación de exclusión absoluta, ya que no pueden aspirar a recibir ningún tipo de ayuda por desempleo.

Todo ello, ha tenido un efecto sobre el aumento de la irregularidad sobrevenida, y lo mismo ha sucedido por el cierre de actividades económicas y la pérdida de contratos de trabajo necesarios para la regularización o la renovación de los permisos. 

Los periodos duros de pandemia y de confinamiento resultaron muy difíciles para la población migrante, sobre todo en cuanto a las condiciones de precariedad y vulnerabilidad. “Estas personas los han percibido de una manera intensa por las condiciones de hacinamiento e insalubridad en las que se desenvuelven las vidas de muchos de ellos”, dice Said Faz.

CCOO hace hincapié en que en medio de la pandemia y en los lugares donde más se les necesitaba, los inmigrantes en Córdoba no dejaron de trabajar ni un momento para sostener los suministros y los servicios básicos en nuestra provincia. Son indispensables para el cuidado doméstico de personas dependientes o para la recogida de las cosechas como la aceituna, la naranja o el ajo, que mantienen la cadena alimentaria en nuestra provincia. “Estos mismos trabajadores van a ser también en un futuro próximo imprescindibles para la recuperación económica post pandemia, la gran mayoría, lo harán posiblemente en condiciones precarias, una injusticia que se debe de afrontar de una vez”, apostilla Faz.

Muestran su rechazo al discurso político racista que incita al odio contra los migrantes