Cada año la UNESCO rinde homenaje a la memoria de las víctimas del Holocausto con la
finalidad de educar sobre las causas y las consecuencias de las ideologías de odio, pero
este año se cumplen además 80 años de la liberación de los campos de concentración
nazis donde asesinaron en torno a más de 13 millones de hombres, mujeres y niños.
Por los campos de la muerte también pasaron al menos 352 cordobeses.
Mientras muchos de ellos tuvieron que enfrentarse a la deshumanización de los campos
de concentración nazis en Córdoba las esposas, hermanas, madres o compañeras de
militancia política sufrieron la represión física, moral y económica de los franquistas. La
represión hacia ellas fue doble, por ser rojas y por ser mujeres. Es lo que en Memoria
Democrática se denomina la represión de género.
La investigadora Carmen Jiménez Aguilera ha logrado identificar a 800 mujeres en la
provincia. Todas ellas represaliadas desde 1936 tras el golpe de Estado llevado a cabo
por los franquistas. Fueron incluso juzgadas por Consejos de Guerra, a pesar, de no
haber utilizado las armas. Muchas de ellas habían sido destacadas militantes de la
izquierda o defensoras de la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y
mujeres que comenzó a impulsarse en la II República. Todas ellas representaban lo
contrario al modelo que impuso la Dictadura en España bajo la denominación de
“buenas mujeres” volcadas a las tareas domésticas, al cuidado de los hijos y a la
satisfacción del marido.
La agresión más habitual contra las mujeres republicanas era asesinar a la pareja o
cabeza de familia. Esto suponía reducir las posibilidades de progreso familiar y aumentar
la indigencia de ellas y sus familias, según señala el abogado y doctor en procesos
legales de memoria histórica, Eduardo Ranz Alonso.Muchas de las mujeres represaliadas fueron encarceladas junto a sus hijos en
condiciones extremas de hambre y de déficit sanitario. Otras fueron deshumanizadas,
violadas y marcadas como mujeres de dudosa moral. Sobrevivir a esas condiciones no
fue fácil como tampoco vivir en zonas rurales que habían sido señaladas como
colaboradoras o defensoras de los rojos o haber defendido el gobierno de la República
legítimamente elegido. Pero al igual que los hombres las mujeres fueron también
secuestradas, torturadas y fusiladas.
El ideario franquista persiguió establecer un modelo único de mujer, llegando incluso a
separarlas de sus profesiones como por ejemplo la de maestras en aldeas y pueblos de
Córdoba. El objetivo era evitar que tuviesen libertad y autonomía.
Fue precisamente en las zonas rurales donde las viudas e hijas de republicanos o
mujeres políticamente comprometidas lucharon durante la Dictadura como enlaces con
los maquis. Cuando se las detenía se les rapaba el pelo, se les daba aceite de ricino y se
las paseaba por el pueblo con el fin de deshumanizarlas.
Este viernes 24 de enero, a las 18:00h, en el salón de plenos del Ayuntamiento de
Belmez, se proyectará el documental “La Luz de Muestra Memoria” y se llevará a cabo
una mesa redonda con participación del público. La presidenta de la Asociación
Triángulo Azul Stolpersteine de Córdoba y Jaén, Cristina García, moderará las
intervenciones de la historiadora Adelina Cano; de Beatriz Medina, escritora y autora del
libro Memoria Democrática de Belmez; de la presidenta de la Asociación para la
Restitución de la Memoria Democrática de El Guadiato, Carmen Rosa Moreno y la
guionista del documental y vicepresidenta de la Asociación Triángulo Azul, Luisa Navarro.
El acto, con motivo del Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto y
en el marco de las actuaciones que Triángulo Azul está organizando en la provincia de
Córdoba dentro del 80 aniversario de la liberación de los campos de concentración
nazis, estará presidido por la alcaldesa de Belmez, Ana Belén Blasco.