viernes. 19.04.2024

Watif Alcalache lo ha sacrificado todo por su sueño: el boxeo. Con 15 años llegó a Torremolinos desde Marruecos y, ante la negativa de su padre, la marroquí comenzó a luchar, literalmente, para llegar a lo más alto y alcanzar su sueño, ser campeona de España. Su duelo diario es poder dedicarse profesionalmente a un deporte muy mal visto por su familia y por su religión.

Desde que era pequeña, Watif tenía claro que lo suyo era el boxeo y que nadie se iba a interponer en su camino. Ni siquiera su padre, al que no le gustaba ver a su hija vestida con un top en los carteles de las veladas.Sin embargo, la madre de Watif sí la apoyaba y acudía a alguna de los combates en las que participaba su hija.

La marroquí contactó con el imán de la mezquita de Málaga para que convenciera a su padre de que, según los textos del Corán, el boxeo no es pecado, ahí fue cuando el padre de Watif abrió los ojos y consiguió ver la afición de su hija como algo 'sano'.

La batalla de Watif continúa. En todas las veladas, la marroquí aparece con la bandera de España, pese a no estar nacionalizada, su deseo es poder luchar por España en las competiciones nacionales y europeas y su sueño llegar a hacerlo legalmente.

Watif ya ha demostrado que cualquier barrera que se opone en el camino por su sueño, ella lo derriba a base de puñetazos. 

Ahora, la marroquí se ha convertido en un modelo a seguir para todas aquellas chicas que quieran destacar en el boxeo y la joven también imparte clases también a mujeres que persiguen el mismo sueño que ella.

La boxeadora Watif Alcalache luchó contra familia y religión para cumplir su sueño