jueves. 28.03.2024

España es un país culturalmente enriquecido por su gastronomía, costumbres, y lugares. Sin embargo, a pesar de todo ese potencial, podemos añadir la diversidad de acentos. A todos nos une el mismo país, pero en ocasiones parece que nos separan nuestra forma de expresarnos y comunicar. “Los andaluces se comen letras”, “los gallegos son vastos”, “a los murcianos no se les entiende”, “los canarios parecen caribeños”. Muchas de estas expresiones se repiten constantemente despreciando la manera de sociabilizarse que tiene la comunidad de al lado. 

En los medios de comunicación se intenta poner a personas que tengan un acento neutro, que escondan su deje mostrándose imparciales. Pero eso puede cambiarse si partimos de la idea de que todo lo diferente es bonito. 

Francia, cansada de esta discriminación, acaba de aprobar un proyecto de ley que tiene como meta destacar los acentos, denunciando las numerosas exclusiones que se hacen por la forma de hablar de los norteños o de los que tienen el acento comtois auvernés.  No puede interferir la vida laboral con la del lugar que provengas. 

¿Está España preparada para volcarse en un proyecto de concienciación social, como el de Francia? 

Francia denunciará la discriminación de los acentos