martes. 23.04.2024

Ha pasado poco más de un año desde que Laura Seymour comenzó a enamorarse de la mascota de su vecino, un perro que siempre estaba encadenado a su caseta, y que ahora se han vuelto inseparables.

Después de que Seymour acumuló valentía suficiente para acercarse al akita y presentarse el año pasado, le sorprendió descubrir que el cachorro era extremadamente cariñoso y educado. Es más, le rompió el corazón ver que no tenía comida ni agua en sus tazones.

Seymour empezó a pararse a saludar al animal tres veces a la semana para poder alimentarlo y darle agua, fue ahí donde empezó a llamar al cachorro Takia.

Cuando ya no pudo aguantar más ver a Takia atada a su casa día y noche, llamó a los efectivos de control animal. Posteriormente recibió una llamada preocupante del oficial, que le mencionó que mientras Takia tuviese agua y comida, no se consideraba negligencia.

A pesar de eso, Seymour continuó cuidando a Takia durante un año entero, con lluvia y nieve, y casi se había rendido de intentar rescatar a este cachorro de su dueño hasta que le presentó a Takia su a su madre.

Ya que Seymour estaba preocupada de que Takia sobreviviera al calor del verano, su madre la motivó para llamar a control animal una vez más.

Al día siguiente, Seymour recibió una llamada del oficial de control animal informándole que se obligó al dueño de Takia a entregar al cachorro a las autoridades y que ahora estaba en adopción, por lo que Seymour no lo dudó un segundo y corrió a hacerse cargo del animal.

Desde que Takia fue adoptada en su nuevo hogar, Seymour dice que la akita de 5 años es un «perro diferente», al que le encanta dormir en su cama todas las noches y pasear por toda la propiedad de su nueva familia en Virginia, EEUU.

Un vecino del dueño anterior de Takia comentó recientemente en un video que felicitaba a Seymour por rescatar a este afortunado cachorro.

“¡Es estupendo que [Seymour] la tenga!” escribió el vecino. “Yo vivía en la casa de al lado y también la alimentábamos y llamamos en algunas ocasiones a control animal y nos decían lo mismo. Mi esposo le daba comida y agua y mi cuñada que vive cruzando la calle también. Por lo que control animal pudo pensar que su dueño la cuidaba, pero nunca fue así.”

Una mujer alimenta durante un año a un perro encadenado hasta que consigue adoptarlo