viernes. 19.04.2024

Cuando Rafael de 42 años se despertó en la UCI no podía moverse, ni hablar, ni tan siquiera beber agua. Llevaba un mes con coma inducido tras pasar una covid muy grave. Su historia se ha convertido en la esperanza para muchos otros que están en su situación y un aviso para los que creen que por ser jóvenes no les tocará muy fuerte.

El 12 de marzo de 2020 ingresó con fiebre en el hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares sin saber que su vida cambiaría radicalmente.

Y ese mismo día por la noche le avisaron ‘llama a tu familia que te tenemos que inducir un coma por 15 días. Imagínate a mi mujer, claro, llorando que por favor que no, que esperasen un día, que me tenía que ver”, explicó.

No se imaginaba que esos 15 días se convertirían en un mes y medio. Cuando se despertó en mayo estaba inmovilizado, no podía hablar y se sentía aturdido.

"Estás inmovilizado y rodeado de gente que encima parece contenta de que estés así", cuenta, ya que en ese momento no se imaginaba que había estado a punto de morir. "Me sorprendía la cantidad de gente que venía a verme, trabajadores del hospital que se alegraban de que hubiera despertado... Me grababan con el móvil y yo pensaba: al menos así mi mujer sabe que estoy bien".

Las secuelas fueron más duras que la enfermedad

Un año después recuerda el duro camino que ha recorrido para llegar hasta donde está. Ha estado todo este tiempo rodeado de un gran equipo de fisioterapeutas, rehabilitadores, auxiliares, psicólogos y más trabajadores que no solo le están ayudando a él sino a miles de personas.

Más allá de volver a andar, está intentando tener una vida igual a la que tenía antes

“Puedo fregar los platos. Mi mujer dice ‘ya puedes ser útil en casa’”, celebra Rafael.

Rafael pasó 90 días en la UCI por coronavirus y un año después sigue luchando para...